El pasado Jueves ,trajeron de Mao al Hospital Cabral y Báez de Santiago a mi amigo Luís Rosario, un derrame cerebral le impidió hacer su día normal, fui avisado de inmediato y me mantuve desde el primer momento atento a todo. A pesar de su gravedad la indiferencia de médicos y enfermeras era notable, después de varias horas tirado en emergencia del hospital fue ingresado en una habitación, al día siguiente es decir Viernes la historia se repetia, cuando el reloj marcó la 1 de la tarde fue trasladado a un centro privado para hacerle un estudio. Regresaron a las 3 y lo cambiaron de habitación, personas de buena voluntad nos ayudaron a moverlo de la camilla a la cama. Pasaron más de 20 minutos y fue entonces cuando una enfermera con cara de pocos amigos entró al cuarto del “ala este” quinta planta ocupada por Luís, el hijo de Candita y Martín. A las 4 de la tarde entró un estudiante chino que a decir de su credencial era estudiante de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM)! oh que sorpresa ! el descubrió que el paciente no se movía y le puso las sondas . Es decir desde las 12 y 30 de la tarde del Jueves hasta las 4 y 15 de la tarde del Viernes, Luís era colocado de lado para Maria su hermana ponerle una cajita de jugo o botella plástica de tomar agua para que pudiera orinar. Pasadas las 5 de la tarde abandoné el hospital, lo hacia para no estallar, estaba indignado ante la forma inhumana de tratar a las personas, conozco mi temperamento y mi Cardiólogo después de mi preinfarto me prohibió emociones y rabietas. Una Doctora nos dijo que la solución era llevarlo a una clínica y que se gastaba más de medio millón de pesos porque el tenia un coágulo de sangre en la cabeza, la desesperación no trajo la reacción de trasladarlo y luego emburujarse con los médicos de centros privados. Esta mañana mi amigo no podía respirar y en medio de un ataque de tos le preguntó a su medico de cabecera que no era otra que Albania su joven esposa, que a que hora lo iban a operar. Luís quería vivir y pudo vivir, pero las malas atenciones del Hospital Cabral y Báez le robaron el sueño de terminar su Maestría y ver crecer a sus hijos. Lo dicho aquí lo viví no me lo contaron, una ves mi hermano Fernando hizo una gravedad y lo atendieron VIP, claro para ese tiempo Maribel Tineo una prima nuestra era la administradora, sí usted no tiene dolientes y lo llevan a ese hospital despídase del mundo, porque será victima de estudiantes sin experiencias y enfermeras sin conciencia. Que alguien me explique por favor porque el Cabral y Báez de Santiago está lleno de estudiantes de medicina en su gran mayoría sin la más mínima calidad de trato, estudiantes orgullosos porque están en la Universidad de los ricos y otros haitianos que apenas saben decir “perejil”. Ellos no sabían que Luís venia de navegar en medio de la oscuridad de los mares de la vida, que su Sol era su familia, su Luna y Estrella principal sus padres ya fallecidos, que sus sueños eran profundos y hermosos. Que no tenía más riqueza que el capital del conocimiento, que a pesar de graduarse como licenciado en derecho, siguió siendo alguacil para poder llevar la comida con dignidad a su familia. Ellos no sabían que estaba en medio de la preparación de su tesi para finalizar una Maestría, ellos no sabían la cantidad de amor para ofrecer que tenia mi amigo en su Corazón de miel. Ellos, los Buitres con batas blancas solo les importa practicar con seres humanos de los cuales suponen no tienen dolientes por vivir en medio del pecado de ser pobres de un país donde si usted no tiene apellido sonoro o una buena cantidad de dinero en el banco “no vale nada “. Si hubiese muerto en medio de buenas atenciones y diligencias de facultativos, este escrito, solo hubiese sido de gracias a los profesionales de la salud y despedida a un ser humano, bueno, noble y honrado. Doble dolor ,la muerte de Luís y el maltrato recibido por el personal encargado de atenderlo ,paro mi indignación porque mis versos esta ves no traen ninguna esperanza.Ellos abandonaron tu cuerpo ,nosotros nunca abandonamos tu Corazón, hasta aquí te hemos acompañado hermano Luís, algún día nos abrazaremos de nuevo y quizás en ese nuevo mundo reine la igualdad .
Escrito por Miguel De Jesús.