El fallecimiento a destiempo de mi primo Leoncio Vásquez ha lastimado nuevamente en mi familia las heridas causadas por la partida de su padre mi adorado y siempre recordado tio " Virgilio Vásquez", cuya perdida se registra el 26 de Diciembre de 1989, causando en todos nosotros un gran dolor por lo bien que nos llevábamos y el trato preferencial que nos otorgaba, junto a su eterna compañera " la tia Estela".. Hoy se revive en cada uno de noostros la nostalgia y el sufrimiento que se mantenian en pausa, y que han vuelto a activarse. De mi primo Leoncio son muy gratos los recuerdos que siempre llevaremos en nuestra memoria y en nuestros corazones, pues tuvimos la oportunidad de disfrutar de inolvidables momentos cuando en familia les visitabamos en la casa de tio Virgilio. Siendo él, uno de los hijos mayores de los elegantes esposos, quienes hacian hasta lo imposible para que mis hermanas y yo disfrutaramos al máximo de la estadia en su maravilloso hogar. Leoncio, un muchacho alegre,amante del baile, la musica y poseedor de una sonrisa contagiosa era un brillante diseñador de zapatos del que todos sentiamos mucho orgullo y compartiamos su facilidad de abrazarse con el éxito. Todo era gloria hasta que una persona muy cercana a él tomó una decisión negativa y esto le abrió las puertas para refugiarse donde no debia hacerlo, causándole daños Irreversibles y lográndo arrancarlo del seno de sus familiares más cercanos,los cuales lucharon para hacerle entrar en razones, situación ésta que les permitió renovar la unidad inculcada por sus padres, y en que en véz de abatirles, por el contrario hoy nos encontramos con una pequeña sociedad más fuerte y con mayor deseos de buscarnos los unos a los otros. Tal y como siempre fue la noción del siempre recordado Virgilio Vásquez, quien debe sentirse orgulloso de la formación dada a sus hijos. Hoy nosotros junto a ellos estamos obligados a luchar para que prevalezca el amor, la entrega y unidad en nuestra familia, pero que además debemos ingeniarnosla para que nuestra querida Estela recupere la paz perdida. Por mi parte reitero a mis primos que cuando sientan deseos de llorar a mi tio y a mi primo que me avisen, pues estoy dispuesto, a pesar de saber que ambos personajes comparten junto a Dios en un hermoso lugar; ya que como vivieron de igual manera se marcharon. Y no olviden nunca que la muerte es el mayor regalo que se nos da, pues no permite pasar a disfrutar de la vida eterna. Escrito por Julio Vásquez.