El año pasado escribí en el periódico Camino un artículo titulado “La Familia y La Violencia”, a propósito de la forma en que estábamos terminando en cantidades alarmantes nuevamente el año 2011, de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas. Desde el año 2000, han muerto a manos de hombres con la mentalidad machista que ha caracterizado al hombre dominicano, casi 2,000 féminas. Esa sola cifra es suficiente para que revaluamos el histórico violento que ha existido entre nosotros en contra de las mujeres. Ya no es cuestión de pensar que en “pleitos de marido o mujer nadie se mete”; o que simplemente se quiere hacer una campaña a favor de la liberación femenina; ni utilizar lemas, epítetos o conceptos que vayan en quitarle peso a este tema tan importante y que hoy resulta peor que cualquier epidemia o enfermedad que haya diezmado a la población dominicana en su historia. Es necesario que en nosotros mismos, nuestros hijos e hijas, inculquemos y practiquemos nuevas enseñanzas y diferentes percepción y concepción respecto a la consideración y el respeto que merece como todo ser humano, la mujer. En el artículo que mencioné más arriba, indiqué, entre otras cosas, lo siguiente: “Desde el seno familiar se puede ir desarrollando un hombre y una mujer que en el futuro sean de bien”. “En la misma forma, se puede crear el niño y la niña que mañana será más amante del trabajo serio, honesto y responsable”. “De la misma forma podrán asimilar tener una cultura de paz más de que de odio e ira”. “Uno de los retos que tenemos aquellos que somos responsables de esa semilla que estamos sembrando, que son nuestros hijos, es que no crezcan pensando que todo lo que hoy vemos es lo normal y lo correcto”. “Que sepan que si hoy, la generación de sus padres, continuamos fracasando en hacer algo mejor para ellos a lo que hoy padecemos, no por esto deben dejar de luchar, exigir y propender por cosas mucho mejor”. “En una sociedad que el respeto sea la norma”. “Que los valores sean el principio”. “Que podamos reducir los niveles de violencia del que hoy somos víctimas”. “Dejar esa cultura del machismo, que siempre debe ser hombre y no expresar sus sentimientos”. “Que le está permitido al hombre tener uno, dos, tres hogares, porque está correcto”. “Que la mujer está para aguantar y el hombre para disfrutar”. Continuo citando: “Cambiemos esos paradigmas, los cuales son parte de los responsables de las consecuencias que hoy tenemos como sociedad, en lo que ha violencia se refiere, principalmente, frente a las mujeres”. “Es por esto, que existen féminas que asumen lo incorrecto como correcto”. “Que aceptan violencia porque vivieron en ella o les enseñaron a soportarlo desde el seno familiar”. “Esas son algunas de las cosas que como padres y madres, estamos obligados a cambiar ya”. “El asunto de la violencia es un problema social y como tal debemos enfrentarlo”. “No solamente debemos dejarlo a la represión, o sea, cuando ya sucede el hecho, condenar al homicida, sino se suicida; esto no resuelve el problema en el fondo”. “Se continúa maltratando a la sociedad misma e hiriéndola. Lo que debemos propender es en atacar el fenómeno desde su raíz”. “Con la educación, la prevención, enseñarles al hombre y la mujer, lo que es correcto en su conducta y manera de comportarse frente a esto”. “Es ahí que el trabajo de la familia, como ente social, es importantísimo y vital”. “Si continuamos criando hijos e hijas con el criterio fallido que un género está por encima del otro y de que no debe primar el respeto, continuaremos viendo que esas estadísticas continuarán su aumento”. Sigue diciendo el artículo citado: “Es por todo lo anterior, que vemos que existen en el seno de la sociedad, quienes no comprenden el problema en su profundidad, porque es un asunto de cultura”. “Hay quienes ven como bueno y válido, el hecho de que una mujer se deje golpear, como respeto al macho”. “O que aguante en el hogar al hombre violento porque le han enseñado eso a hombres y mujeres”. “Es por esto que también aparecen quienes justifican todo este tipo de actuación porque indican que las mujeres son las culpables que no abandonan o dejan esos hombres o viceversa y no saben que existe el círculo de dependencia, miedo y temor a la represalia del hombre”. “Todo eso debe cambiar y no se hará posible, sino nosotros no asumimos una actitud distinta”. “Para que las cosas cambien, da tu el primer paso”. Visto esto y lo que estamos viendo en la realidad, las actuales generaciones deben hacer su papel y provocar los cambios que necesitamos y no permanecer inertes ante lo que está frente a nuestros ojos. No pensemos que tendremos sociedad pensando como indiferentes. Construyamos familias basado en la paz, no en el egoísmo, ni en la envidia, ni en la violencia.
Lic. Jordi veras.