Lo que hemos conocido por la desgracia y el lamentable suceso, ocurrido el pasado 2 de noviembre, en un residencial de un importante sector de la ciudad de Santo Domingo; en el cual se le dio la muerte a otra persona, por la discusión inicial de un parqueo. Y fíjense que hemos dicho “inicial”, porque si bien es cierto que esto generó la discusión y posteriormente la muerte de una persona. Esto es el fruto de una serie de situaciones que se venían presentando, no entre el victimario y la víctima, pero si con los demás condómines del lugar donde ocurrió el hecho ya mencionado. El dominicano no tiene por sus costumbres de las nuevas generaciones, de poder vivir en apartamentos o en condominios y residenciales, porque debe tener la suficiente conciencia de que convive con otras personas y que no todo le pertenece, sino que hay cosas que están bajo el amparo de la comunidad o lo común. Es a esto a lo que se tiene que tener mayor respeto. Sin embargo, lo ocurrido ese fatídico día, tanto para la familia del victimario como de la víctima y con ellos, todo el que reside o residía en dicho condominio afectado por la ocurrencia del hecho, no es algo ajeno o extraño, de lo que sucede o se da en la mayor parte de los residenciales del país. Todo el que ha vivido o vive en una unidad o apartamento, tiene que estar consciente de lo siguiente:- Un indeseable que no paga el mantenimiento a tiempo o tienen cucho mil en atraso y se pasea por el condominio como si no fuera con él y cuidado si tratas de cobrarle o colocarlo en legal o poner su nombre en un listado; porque es capaz de asumir con agresividad la consecuencia de su falta e irresponsabilidad.-Aquel que vende su apartamento a otro, sin embargo, quien desea comprar, posee más vehículos que los que ofrece en derechos la unidad que le pretenden vender. El posible vendedor o propietario no le aclara esta situación o le dice, para no perder su venta, ´no importa te metes y luego modificas todo eso´. Siendo esto una falta de respeto a los demás y en parte está vendiendo en expectativa, lo que no le corresponde.-El que nunca respeta a los demás condómines, en cuanto al ruido; los parqueos; y las áreas comunes. Hay los que llegan, si viven en el último piso, y se hacen dueños de la azotea completa como si esto le perteneciera de forma total y no en su proporción.-Aquel que con su falta de pago o su comportamiento, no permite el desarrollo del residencial. Y no conlleva buen convivir con sus vecinos.-El que provocando una filtración al vecino del piso que le queda debajo, no asume su responsabilidad o hay que conllevarlo por vía de demanda para que cumpla con una norma ciudadana y de buenas costumbres. En fin, existen una serie de hechos y acciones que se da dentro de un condominio o residencial, donde existe la convivencia común, que dejan ver la falta de educación y conciencia que tienen muchos dominicanos y dominicanas para vivir en espacios comunes. Las maniobras legales que se deben conllevar, para que se realicen y para que él o la irresponsable y mal educado, cumpla con su deber de buen vecino. Lo ocurrido en la tragedia ya mencionada, no debe sorprendernos a muchos que hemos vivido en condominios y hemos experimentado la falta de respeto y de responsabilidad de una parte de los que son tus vecinos y que a la vez no cumplen con las mínimas normas que son establecidas en cada condominio. Es también una muestra, de que tan mal andamos como orden social, que la violencia, la delincuencia y el desorden que criticamos afuera y a otros en el orden político, lo tenemos en nuestros propios residenciales. Y todo es porque nuestra sociedad está descompuesta en todos los órdenes. El tigueraje, el desorden, el vivaracho, maleducado y el irresponsable, también forman parte de los que conviven en condominios entre nosotros.