Pisotean derechos del niño en RD

Anselmo Silverio.


Los derechos del niño, los cuales han servido de “caldo de cultivo” durante generaciones, son pisoteados por los gobiernos y una sociedad que, prácticamente ignora su compromiso y su responsabilidad de lograr una mejor calidad de vida para este extraordinario ejército dominicano, el cual no ve las ciudades como cárceles, sino como estancias de esperanza, pero que vibra ante la explotación, las cicatrices traumáticas del desamparado y las huellas de sus cuerpos semi-desnudos.

En sus estómagos hambrientos y abultados y preñados de parásitos, se esconden los virus desechados por los pantanos enlodados por la escasez de la alimentación, como uno de los derechos principales de esa ley engorrosa.

La desnutrición infantil representa el 26 por ciento de los casos de muertes a destiempo de muchos niños dominicanos, según datos estadísticos y representan un complemento de pobreza extrema y de insalubridad, según datos estadísticos recientes.

En las ciudades, especialmente en la capital, Santo Domingo y Santiago, la segunda ciudad en importancia de la República Dominicana, se han creado organismos de ayuda a la niñez, como por ejemplo hogares y centros de atención, que en realidad tienen dificultades para operar por asuntos económicos, y hasta deben limitar la cantidad de menores porque rebozan la capacidad de los mismos.

Estos centros operan como ONG y pese al empeño de sus funcionarios, están impedidas de integrar a todos los menores que viven en las calles. Algunos de estos que deambulan por calles y avenidas, duermen donde les sorprende el sueño y comen por la caridad pública.

LA POLITICA DE SALUD

Los pocos hospitales públicos, infantiles que existen en el país representan una muestra de lo poco o casi, ningún respaldo oficial a la salud que tienen éstos aguerridos miembros de una en desventaja.

Y los centros que existen no están debidamente equipados ni cuentan con el apoyo logístico para atender la cantidad de infantes que se desplazan enfermos, quizás, por los caminos pedregosos de un futuro incierto.

Los hospitales tienen cifras alarmantes de niños y adolescentes que mueren de inanición y otros que se alimentan de los desperdicios y de los alimentos contaminados por los insectos y las alimañas de los basureros.

Estos son niños que se han convertido en inmunes a las enfermedades y que sobreviven en medio de un panorama triste y desolador, donde ejercitan su mente en los depósitos de objetos desechables que forman toneladas de montones de objetos sólidos.

LA CONDENA ESCOLAR

La educación es un fiasco, y es uno de los derechos que más se viola entre los niños dominicanos, por la falta de una política oficial clara y definida que cada año es más lesiva y más irresponsable para garantizar la solidez de un desarrollo sostenido que, según se recalca sólo obtienen los países, por medio la educación.

En la República Dominicana no hay un patrón predeterminado, justo y real que pueda garantizar un pulcro manejo de los presupuestos anuales y, casi siempre se apela a debilitar la exigua cantidad que se proporciona a este renglón.

Por años se espera que los gobiernos asignen, por lo menos el cuatro por ciento del Presupuesto Nacional a educación, pero casi siembre se aplica un 2.3 por ciento, porque esta parte de las estructuras y compromisos del poder político no se tiene en cuenta en los programas de desarrollo.

Parecen que en todo esto se maneja una política de irracionalidad social donde de coloca en un segundo plano un área tan importante y por la que, muchas naciones del hemisferio han logrado levantar sus economías y expandir su desarrollo integral.