Después de todo un año de celebraciones por el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, el Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el Cardenal Ricardo Blázquez, ha clausurado este año con una misa en Ávila.
En el día de la fiesta litúrgica de la Santa, el 15 de octubre, se ha cerrado el año teresiano, jubilar para la iglesia católica en España.
El Obispo de Ávila, Mons. Jesús Burillo, pidió a Santa Teresa que "nos ayude a renovar nuestro castillo interior". Por su parte, Mons. Blázquez apuntó en la homilía la sorprendente “capacidad de convocatoria de Santa Teresa”. “¡Qué regalo nos hizo Dios al darnos a esta mujer genial! Ávila ha quedado para siempre ennoblecida con su nacimiento, con su vida y con su obra”, aseguró.
Con la famosa frase de la Santa: “Es tiempo de caminar”, el presidente de la CEE aseguró que “de la mano de la Santa nos hemos puesto en camino para ir desde el encuentro con el Señor a todas las periferias y para renovar la dimensión misionera de nuestra vida cristiana”.
“El cristocentrismo de Santa Teresa, de que se puede fundadamente hablar, significa que la fe y la vida cristiana no consisten en abstracciones ni en filosofías, sino en la existencia singular de una persona histórica que se llama Jesús. “Él es el centro orbital de nuestra vida, que es `vida en Cristo´. Sin Él o fuera de Él, la vida del cristiano se desorbita””, aseguró Mons. Blázquez.
En ese sentido ha afirmado que “todas las virtudes amor, humildad, paciencia, pobreza, obediencia,… quedan por el seguimiento de Jesús interiormente modeladas en cristiano”.
“La contemplación de Jesús nos sumerge en el misterio del Dios escondido y en la fraternidad con todos los hombres. En Jesús podemos contemplar su rostro sonriente de niño, sus llagas de crucificado, su luz radiante de glorificado”; explicó el Cardenal.
“En el encuentro con Jesucristo, Dios se nos hace cercano y habla con nosotros como amigos; pero no pierde su trascendencia. El Dios invisible, aunque hecho Imagen en Jesús, nos recuerda y advierte que no podemos dominarlo. Es siempre mayor. En el rostro de Jesús también se manifiesta la santidad, autoridad y poder del Señor”, aseguró, por eso los discípulos experimentan en el trato con Jesús que no es simplemente un compañero y amigo; sino que “perciben en Él un misterio que los desborda”.
“La insistencia de Santa Teresa en la Humanidad de Jesucristo, como orante y maestra de oración, nos introduce en el centro del Evangelio y de la revelación de Dios, a saber, en la persona de Jesús y en su historia, que hunde sus raíces en la eternidad de Dios y desemboca en la gloria, patria de la humanidad y descanso del corazón”, explicó el presidente de los obispos españoles.
Por eso pidió “unir con mirada amplia el nacimiento y la muerte de Santa Teresa”. Recordó que en sus últimos momentos de vida, Santa Teresa pidió que le llevaran el Santísimo Sacramento y repetía: “Señor, ya es tiempo de caminar”. En ese sentido el Cardenal Blázquez apuntó que “es tiempo de caminar hacia las periferias geográficas y humanas como hermanos y apóstoles. Es tiempo de caminar hacia el corazón de la Iglesia, nuestra casa y hogar. Es tiempo de caminar, como hijos pródigos, al encuentro con el Padre que nos espera, que hace fiesta por el retorno, que nos restituye a la condición de hijos”.
En definitiva, “es tiempo de caminar al “Año de la misericordia” de Dios”.
Como concelebrantes en la Misa de clausura se encontraba el nuncio apostólico en España, Mons. Renzo Fratini; el obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo; el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares Llovera; el arzobispo castrense, Mons. Juan del Río; los arzobispos de Toledo, Oviedo y Granada, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, Mons. Jesús Sanz Montes y Mons. Francisco Javier Martínez Fernández, respectivamente. Así como los obispos de Santander, Osma-Soria, Segovia, Jaén, Zamora, Plasencia y León, ente otros.
En representación de la orden del Carmelo, concelebró el prepósito general, el P. Saaverio Canistrá, OCD, y el provincial de la Provincia Ibérica, P. Miguel Márquez, OCD.