La delincuencia que arrincona a la sociedad dominicana está trascendiendo a lo impensable y ahora afecta la realización de los cultos religiosos en el país, a juzgar por una queja externada por la Iglesia Católica dando cuenta de que los actos eclesiásticos han debido ser cambiados de horario, como forma de reducir riesgos ante los crecientes hechos delictivos.
El clero dominicano deja implícito que la asistencia a los templos católicos del público devoto ha disminuido significativamente por temor a ser víctima de asalto, robos y atracos.
La preocupación ha sido divulgada por uno de los órganos de difusión de la Iglesia católica dominicana, periódico Camino, en la edición que circulará este fin de semana.
Sugiere de las autoridades llevar a cabo una acción proactiva que impida que los delincuentes le roben la alegría al pueblo dominicano.
En su editorial, siempre crítico y reflexivo, el semanario hace la alerta de que no solo los cultos religiosos sino que también otras actividades sociales han tenido que cambiar de horario a fuerza del azote de la delincuencia.
“Quién iba a pensar que algunas actividades religiosas, y de otra índole, tendríamos que acomodarlas a nuevos horarios para lograr la asistencia deseada”, plantea con pesadumbre el editorialista.
Ahí mismo señala, que en el país el día y la noche se han convertido en una tentación.
“Ante esta realidad no debe haber espacio para el lamento, sino para la acción proactiva que impida que nos roben la alegría”, agrega.
Aconseja a las autoridades actuar de manera rápida y eficiente para devolverle a este pueblo la seguridad ciudadana, que es uno de los principales reclamos de la sociedad.
“El tiempo apremia”, concluye el editorial.
POR LUIS BRITO
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