Yo, como una extensa mayoría de ciudadanos del país y del mundo, no entiendo como hemos llegado a un estadio de cosas en las que un grupito muy reducido de ciudadanos (hombres y mujeres) ha llegado a convencerse de que su preferencia sexual le da algún derecho.
Con esa inquietud en la cabeza me dedique a estudiar uno por uno los 30 artículos que conforman la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” proclamada por la ONU en su Resolución 217 A (III) del 10 de diciembre del año 1948 en la ciudad de París, Francia.
Busque, leí y releí, todo el articulado de la declaración de los Derechos Humanos, y en ninguno encontré nada referente a la preferencia sexual, de hecho la palabra “preferencia”, no aparece ni una sola vez en la declaración, la palabra “sexo” solo aparece una sola vez, en el artículo 2, y es para referirse al hecho de que: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.
La palabra “Familia”, sin embargo, aparece tres (3) veces, dos veces en el artículo 16, para referirse al hecho de que la misma está formada por “Hombre y Mujer” así:
“1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”.
Y una tercera vez en el artículo 25, para decir que:
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social”.
Luego en ningún otro artículo se menciona, ni remotamente, el hecho de que porque una persona tenga tal o cual preferencia sexual tiene o deba tener “Derechos Especiales”, todo lo contrario, con la tan cacareada protección a no ser “Discriminados”, los homosexuales (hombre o mujer) se olvidan que ese derecho está consagrado en el artículo 7 de la Declaración de los Derechos Humanos, pero no para ellos, sino para todos los seres humanos, así:
“Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación”, esto quiere decir que los homosexuales, lesbianas y demás componentes de esta clase de personas con preferencias especiales, su derecho a no ser discriminado no viene protegido por su preferencia sexual, sino por simplemente ser humanos.
Por eso entiendo que la homosexualidad, o sea aquellos que prefieren tener relaciones sexuales con individuos de su mismos sexo, no da derechos especiales, pues si así fuera, el estado debería reconocerles derechos especiales a los que tengan otras preferencias sexuales, Niños y Niñas por ejemplo, los que prefieren a animales; perros, caballos, etc.
No he querido hacer ninguna alusión de tipo moral o religioso en este análisis, me he circunscrito a los que establece la declaración de los derechos humanos, que es lo que muchos dicen defender, cuando protestan por los derechos de las personas con preferencias sexuales diferente a la mayoría.
En fin no existe la posibilidad en medio de la lógica legal tanto nacional como internacional (por lo que dice la ONU), que su preferencia sexual, a ningún ciudadano le genere derechos especiales, por lo que creo que todo este movimiento que incluso respalda algún embajador extranjero, no es más que un circo, del cual los dueños, quieren que todos participemos.
El autor es politólogo.