Poseedora de una peculiar historia de liberación, hoy jueves 27 de febrero de
2014, luego de 170 años de haber sido declarada libre y soberana, República
Dominicana celebra por todo lo alto el día de su Independencia Nacional.
La noche decisiva
Esa noche del 27 de febrero de 1844 iban congregándose poco a poco pequeños grupos de patriotas que provenían de las distintas zonas de Santo Domingo.
El comienzo de la acción separatista fue indicado por un trabucazo disparado por Matías Ramón Mella en la Puerta de la Misericordia, y que fue oído por todos los habitantes de la ciudad.
Aunque Juan Pablo Duarte se hallaba ausente, esa noche, en la puerta de El Conde, República Dominicana era proclamada por Tomás Bobadilla, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Manuel Jiménez, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín y Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas, quienes expresarían a las autoridades haitianas su “indestructible resolución de ser libres e independientes, a costa de nuestras vidas y nuestros intereses, sin que ninguna amenaza sea capaz de retractar nuestra voluntad”.
Ese mismo 27 de febrero de 1844, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, en el baluarte de San Genaro, izaron la bandera dominicana bordada por Concepción Bona y su prima María de Jesús Piña, junto con otras damas.
La bandera había surgido de un proyecto presentado por Juan Pablo Duarte y aprobado el 16 de julio de 1838 por La Trinitaria, cuando surgieron los colores y la forma de la enseña que representaría al nuevo estado, que se denominaría República Dominicana. La cruz blanca es el símbolo de la lucha de los libertadores para legarnos una patria libre.
Los patriotas habían planeado que en la noche del 27 de febrero tomarían posesión de todos los fuertes emplazados en la muralla y del puerto.
Para llevar a cabo estas acciones, contaban con la cooperación de varios militares que apoyaban la causa y que estaban dispuestos a entregar sus posiciones y ayudar a tomar la Fortaleza.
Ante el apoyo popular y de diversos grupos que unían sus fuerzas por la libertad, los haitianos se consideraron incapaces de combatir un alzamiento de tal magnitud.
El 28 de febrero se obtuvo la capitulación de la guarnición haitiana.
Todos los años debemos rendirle honor a nuestros héroes de la Patria por la valentía que demostraron para forjar una nación libre y soberana.
En adición a esto debemos seguir respetando esos emblemas que nos identifican como dominicanos.
Demostremos como jóvenes que los 170 años de nuestra independencia siguen vigentes en nuestros corazones.
UN CONOCEDOR DE LA HISTORIA
Yamil Díaz, joven amante de la historia nacional, expresa que hoy día se oye hablar de que estamos en una época donde los valores están en decadencia, se habla de los valores morales, pero también, hay que hablar de los valores patrios. Los jóvenes no valoran tanto los símbolos patrios, el Himno Nacional y a los héroes y Padres de la Patria como las generaciones anteriores. Sin embargo, añade, “los jóvenes no son culpables de la situación ya que esos valores se adquieren con la educación y a temprana edad”.
La noche decisiva
Esa noche del 27 de febrero de 1844 iban congregándose poco a poco pequeños grupos de patriotas que provenían de las distintas zonas de Santo Domingo.
El comienzo de la acción separatista fue indicado por un trabucazo disparado por Matías Ramón Mella en la Puerta de la Misericordia, y que fue oído por todos los habitantes de la ciudad.
Aunque Juan Pablo Duarte se hallaba ausente, esa noche, en la puerta de El Conde, República Dominicana era proclamada por Tomás Bobadilla, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Manuel Jiménez, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín y Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas, quienes expresarían a las autoridades haitianas su “indestructible resolución de ser libres e independientes, a costa de nuestras vidas y nuestros intereses, sin que ninguna amenaza sea capaz de retractar nuestra voluntad”.
Ese mismo 27 de febrero de 1844, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, en el baluarte de San Genaro, izaron la bandera dominicana bordada por Concepción Bona y su prima María de Jesús Piña, junto con otras damas.
La bandera había surgido de un proyecto presentado por Juan Pablo Duarte y aprobado el 16 de julio de 1838 por La Trinitaria, cuando surgieron los colores y la forma de la enseña que representaría al nuevo estado, que se denominaría República Dominicana. La cruz blanca es el símbolo de la lucha de los libertadores para legarnos una patria libre.
Los patriotas habían planeado que en la noche del 27 de febrero tomarían posesión de todos los fuertes emplazados en la muralla y del puerto.
Para llevar a cabo estas acciones, contaban con la cooperación de varios militares que apoyaban la causa y que estaban dispuestos a entregar sus posiciones y ayudar a tomar la Fortaleza.
Ante el apoyo popular y de diversos grupos que unían sus fuerzas por la libertad, los haitianos se consideraron incapaces de combatir un alzamiento de tal magnitud.
El 28 de febrero se obtuvo la capitulación de la guarnición haitiana.
Todos los años debemos rendirle honor a nuestros héroes de la Patria por la valentía que demostraron para forjar una nación libre y soberana.
En adición a esto debemos seguir respetando esos emblemas que nos identifican como dominicanos.
Demostremos como jóvenes que los 170 años de nuestra independencia siguen vigentes en nuestros corazones.
UN CONOCEDOR DE LA HISTORIA
Yamil Díaz, joven amante de la historia nacional, expresa que hoy día se oye hablar de que estamos en una época donde los valores están en decadencia, se habla de los valores morales, pero también, hay que hablar de los valores patrios. Los jóvenes no valoran tanto los símbolos patrios, el Himno Nacional y a los héroes y Padres de la Patria como las generaciones anteriores. Sin embargo, añade, “los jóvenes no son culpables de la situación ya que esos valores se adquieren con la educación y a temprana edad”.