La Organización de las Naciones Unidas recién acaba de reconocer y admitir a Palestina como Estado observador en dicho organismo mundial. Esta resolución es un justo mérito de un pueblo que ha estado viviendo fuera del marco jurídico en el cual se inscriben los Estados constituidos, reconocidos, aceptados.
Es un logro del pueblo palestino integrado por gentes descendientes de los antiguos habitantes de aquellas tierras donde se originaron civilizaciones relevantes. Es un logro del señor Mahmud Abbas, presidente palestino quien recorrió el mundo buscando el apoyo de los países miembros de la ONU a la causa de su pueblo. Es un logro de la ONU al conceder fuero de observador al país palestino.
El territorio del Estado Palestino es una estrecha y corta franja de tierra al lado de Egipto e Israel y frente al mar mediterráneo donde viven amontonados más de un millón de palestinos, resultado de un complicado proceso de repartición de tierras por las potencias triunfantes en la Segunda Guerra Mundial, especialmente los británicos.
El pueblo palestino, de origen árabe, tiene una población actual de aproximadamente 10 millones de personas, de ellos sólo la mitad habita en la histórica región de Palestina llamada así por los romanos. La otra mitad vive en Jordania, Siria, Líbano, Arabia Saudita, Chile y otros países. Veamos algunos hechos de esta intrincada historia. En el año 1516 el imperio otomano tomó Jerusalén y con ella todo el territorio conocido como Palestina.
En dicho territorio habitaban remanentes milenarios de aquellas tribus y naciones descendientes del tronco común semita, entre ellos árabes, hebreos, libaneses, sirios, fenicios, etc., cuya historia de permanentes guerras intestinas está descrita en el Antiguo Testamento.
Al inicio de la Primera Guerra Mundial el imperio otomano colapsa y los territorios imperiales fueron repartidos entre las naciones triunfantes de esta guerra cuyo centro fue Europa y la periferia sus colonias. En 1878 ocurrieron las primeras inmigraciones y asentamientos judíos en la zona repetidos durante los años de 1904 a 1917. Los británicos habían prometido a los palestinos la fundación y reconocimiento de un Estado Palestino.
En 1917 se comprometieron a fundar y habilitar un Hogar Nacional Judío en los mismos territorios habitados por las etnias ya en conflicto. Los palestinos rechazaron las pretensiones británicas.
En 1920 la Conferencia de Palermo aprueba y garantiza el mando británico sobre la región. Posteriormente la Liga de las Naciones manda a establecer un Hogar Nacional Judío. Las protestas violentas de parte del pueblo palestino estallaron en toda la región. Ante la grave situación los británicos restringen la inmigración judía en la zona y prometen la fundación del Estado Palestino.
Las protestas judías contra esta promesa británica se manifestaron con prontitud y violencia. Así transcurrió un espacio de más de dos décadas de indefinición política y enfrentamientos entre palestinos y judíos hasta después de concluida la Segunda Guerra Mundial cuando el 14 de Mayo del año 1948 las Organización de las Naciones Unidas proclamó el Estado de Israel.
Al día siguiente las fuerzas palestinas invadieron el territorio del nuevo Estado proclamado. Desde entonces la discordia se ha incrementado exponencialmente, las guerras se repiten, la sangre de ambos pueblos empapa la tierra, las calles, las casas, mezquitas y sinagogas; el odio es común.
Los Estados vecinos apoyan a unos y a otros, las grandes potencias azuzan la contienda, facilitan armas a los bandos enfrentados y los utilizan para apuntalar sus intereses económicos, políticos y militares en la estratégica región. La reciente decisión de la ONU ha sido rechazada inmediatamente por Israel quien ha declarado que construirá nuevos asentamientos en la zona E-1, de hacerlo significaría abortar la posibilidad de la existencia del Estado Palestino
Por Alejandro González.