Julio Vasquez.

Radio Renacer

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sábado, 8 de diciembre de 2012

La única razón para la Navidad

En casa hace ya varios años que dejamos de preocuparnos por darnos regalos en Navidad.
Es cierto, los europeos no lo saben, debo primero aclararlo: en Costa Rica la Navidad la festejamos en familia y es el 25 de diciembre el día en que los niños y adultos damos y recibimos regalos.


Pues bien, como decía, dejamos de preocuparnos por salir de compras como locos de remate como todo el mundo. Este año no será la excepción sobre todo ya que este año no ha sido un buen año por diferentes motivos por lo que todo apunta a que será una Navidad un poco más austera que las anteriores.
Pensando en “estirar el cinco” es que he resuelto regalar a mis ayudantes perolitos de cerámica pintados por mí. Pasaron todo el año viéndome pintarlos y “se les iban los ojos” por lo que les anuncié que ese será mi regalo para ellos. Están re-contentos!.

Eso me hizo pensar que tampoco nunca les he celebrado la Navidad por lo que les daré de sorpresa una merienda uno de estos miércoles ya que ellos, por su cuenta, eligieron ese día para traer cositas ricas de sus casas para compartir. Es un gusto verlos llegar un poco más temprano y preparar los alimentos para sentarse a comérselos conversando. Quién sabe ni de qué hablarán!
En fin, todo esto me hizo pensar también en compartir estas ideas con ustedes –sobre con los europeos- ya que no es secreto para nadie que muchos pasarán, al igual que yo, una Navidad de privaciones.
En este sentido se me ocurre sugerir que indaguen entre sus vecinos, amigos y conocidos que elaboran artículos o preparan algún platillo que acostumbran vender barato para ocasiones especiales con la finalidad de que les compren esos productos para dar de regalo. Así estirarán el cinco y a la vez contribuirán al bienestar de quien necesita ese dinerito.
Esta Navidad no será fácil para mí como no lo será para varios millones de personas. Nos podríamos llegar a sentir un poco solos y muy probablemente algo desamparados, sobre todo ahora que incluso han hecho hasta lo imposible para sacar el nacimiento de Jesús de la celebración.
Que la impotencia ante la situación económica mundial y ante los ataques a nuestra fe no nos desanimen, antes bien, démosle a la Gracia la oportunidad de robustecernos y, si llegásemos al borde de un ataque de nervios, nada más cerremos los ojos y reconozcamos la calidez de Su presencia.
Me parece que esta situación, antes que retraernos, tendría que movernos -como al Hijo de Dios- a salir en pos de los demás.
Y es que, se los aseguro, de no ser porque este año no tengo para gastar de más, no se me hubiera ocurrido el regalar los perolitos o lo de agasajar a mis ayudantes ya que, ni siquiera antes lo había pensado y ha de haber sido porque pensaba más en mi misma que en aquellos que de siempre -en pobreza y humildad- se han visto obligados por Navidad a compartir para poder “estirar el cinco” y así celebrar –como Dios manda- a Quien ha nacido y es la única razón para la Navidad.

Maricruz Tasies.