Julio Vasquez.

Radio Renacer

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domingo, 15 de mayo de 2011

Mi fiesta de nacimiento y la muerte del sargento Alex Jiménez

Escrito por Julio Vásquez.


El pasado dia 12 del presente mes estuve recibiendo cientos de mensajes de amigos y relacionados para felicitarme por la llegada de un año más de vida recorriendo los caminos de la tierra, creanme que las palabras de cada uno de aquellos que se apartaron de sus responsabilidades para reiterarme su amistad y buenos deseos, como dice el amigo Franco Cruz, buenas vibras. A todos y cada uno de ellos les agradezco la gentileza y honor de tenerme entre sus amigos, de igual manera pido a Dios que multiplique en ustedes todas las cosas buenas y bonitas que desean para mi.

Saben hasta hace muy poco mis amigos organizaban actividades para conmemorar junto a mi esa fecha tan especial, pero yo les he convencido que no es prudente que celebremos en esa fecha debido a que precisamente el 12 de mayo es un dia muy triste para la familia del sargento Alex Jiménez quien desapareciera en Irak, siendo miembro del Ejercito de Estados Unidos. Un joven nacido en nuestro pais y que amaba nuestra cultura a pesar de haberse enlistado en el ejercito más poderoso del mundo, razones de sobra tenia.

Ver llorar en mis hombros de manera desconsalada a sus madre quien reside en el condado de Queens, a quien visitamos y compartimos en varias oportunidades mientras se esperaban noticias de su hijo, noticias estas que tardaron mucho en llegar y al hacerlo terminaban con las esperanzas de rescatarlo con vida y hasta hoy dia nadie sabe que occurrió con nuestro valiente soldado, que aunque su cuerpo apareció y descanza bajo la tierra,aun deja la curiosidad por saber como vivió los ultimos dias de su vida.

De manera pues, que ya conocen ustedes las razones que nos obligan a no celebrar en esa fecha, preferimos unirnos a la familia del soldado Alex Jimenez y compartir con ellos ese gran dolor que causa la muerte. El mismo dolor que experimentó el hijo de Dios al enterarse del fallecimiento de su amigo Lazaro, a sabiendas de que lo resucitaria.