Es probable que alguna vez hayan escuchado a alguien decir que una mentira dicha como verdad se convierte en verdad, o que una mentira repetida mil o dos mil veces también se convierte en verdad. A decir verdad todo eso es mentira, independientemente de quien sea el mentiroso, “un patológico o un compulsivo”.
Desde el punto de vista psicológico y sociológico, estaríamos de acuerdo al decir que lo dicho anteriormente es mentira porque tomando en consideración los significados de las palabras mentira, patología, y compulsión, definidas más adelante; podríamos decir que cualquier tipo de mentira es una mentira sin importar quien la exprese o quien la interprete sin importar el objetivo. Es un poco complicado, porque hasta los grandes filósofos, incluidos psicólogos, sociólogos y religiosos difieren en este asunto, tal es el caso de San Agustín y Santo Tomas de Aquino quienes difieren respecto a las mentiras piadosas.
-- Mentira: Es una afirmación falsa que crea una idea o una imagen falsa o Expresión
contraria a la verdad; es faltar a la verdad a sabiendas.
-- Patología: Es la rama de la medicina que estudia las enfermedades.
-- Compulsión: Se aplica a la persona que actúa inducida por un impulso fuerte que no puede controlar, especialmente si adquiere un hábito con ello.
La combinación de las palabras mentira con cualquiera de las otras dos es fascinante, ya que. “Mentira Patológica” también conocida como “pseudología fantástica” es caracterizada por la fabricación de falsedades desproporcionadas con relación a cualquier ventaja que pudiera obtenerse, que generalmente incluyen fantasías, que pueden llegar a configurar un engaño complejo y sistemático; a diferencia de la mentira compulsiva, la patológica es originada en motivaciones psicopatológicas en el cual el mentiroso es convencido de la realidad de sus afirmaciones; existen momentos en que el proceso se vuelve inconsciente y las afirmaciones pueden ser cada vez más fantásticas.
Un mentiroso patológico miente al decir un conjunto de mentiras consistentes durante años que no tienen un propósito consciente; a menudo es inteligente y educado, aunque en ocasiones muestra trastorno de aprendizaje; sabe cuando está mintiendo, aunque miente sin la intención de lograr un objetivo, no puede evitarlo, y luego termina creyendo lo que dijo; esa es precisamente la principal diferencia entre ellos y los mentirosos compulsivos quienes mienten con el objetivo de lograr algo
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Así que si piensa que alguien es un mentiroso patológico, porque generalmente miente o porque miente de manera crónica, engaña y luego lo niega, o miente para salir de cualquier situación, inventa historias para quedar bien, probablemente está equivocado. Sin embargo, es muy probable que esté en lo cierto si piensa que la mayoría de nuestros políticos son mentirosos compulsivos porque con frecuencia mienten con el objetivo de “engañar”, aunque a veces impresionan con expresiones que podrían considerase patológicas. Lo malo de esa situación es que aunque existen programas terapéuticos de conductas que han generado efectos positivos, aun no existen tratamientos específicos que puedan resolver ese problema.
Autor: Luis Terrero Melo.
viernes, 27 de mayo de 2011
Mentirosos patológicos y compulsivos
8:22 a. m.