El sol para todos.

Por:Josue Canals-

Cuando se creía superada aquella etapa tan característica de la Blogósfera Dominicana, donde los “dimes y diretes” estaban a la orden del día; los comentarios propalados por el Neanderthal del periodismo faradulero, han despertado el descontento entre la creciente generación de comunicadores digitales, que pese a la obtención de profesiones académicas, fueron catalogados de “concheros y empleados de la costrucción”.

Por lo visto, los “restos fósiles” de la comunicación han iniciado una especie de pataleo por el lugar preponderante que los jóvenes han ocupado en los medios, en especial, los que han escogido los Blogs como herramienta de expresión.

Lo más incoherente, es que “gente”, que desesperados recurrieron a los Blogs porque sus nombres no estaban sonando en ninguna parte, estén satanizando sus homólogos, a quienes les asiste todo su derecho, tal y como está consagrado en el Artículo 49 de la nueva Constitución Dominicana, que textualmente explica lo siguiente:

Artículo 49.- Libertad de expresión e información. Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa.

Vivimos en un mundo globalizado, donde todos tenemos nuestro lugar, los Bloggers somos personas, que con o sin preparación, estamos siendo escuchados y tomados en cuenta en todos lados, y para ello no es necesario contar con un título universitario, donde todos sabemos que el tenerlo, en nuestro país no garantiza el éxito. Y aún teniéndolo, nos gusta y tenemos nuestro propio espacio sin importar que sea en la plataforma Blogger o en las Redes Sociales como Facebook, Twitter o Ning.

No todo el que tiene una Página, Blog, Portal o Diario Digital (todos operan en el mismo núcleo), es poseedor de aquello que yo defino como el “Espíritu Blogger”, lo que significa, que para serlo, no basta con ser un Periodista o Comunicador que ocupa las altas jerarquías; ser un Ingeniero en Sistemas, un Médico o Abogado; es necesario amar lo que se hace, razón que nos impulsa a superarnos cada día, impulso que nos ha dado ése lugar tan especial, lugar que hoy es reclamado a gritos por aquellos que están siendo desplazados por estar arrastrando ideologías arcaicas heredadas de los medios tradicionales.

No comprendo como entre “bomberos se estén pisando la maguera”, y como “la clase se esté suicidando”.

Mi artículo no es para emitir ataques, ni perder mi tiempo respondiendo a las lenguas de seres insignificantes, aquí no soy más que un simple consejero, un amigo quien exhorta a sus colegas no permitir el darse por aludido, seguir adelante duelale a quien le duela, y no dejarse embaucar en el jueguito del desaliento vertido por sujetos resentidos, que por su edad y sus largos años en la comunicación, en vez de tratar de enterrar los nuevos talentos, debería servir como guía ejemplar o como un buen padre que desea lo mejor para sus hijos.

Lamentablemente un estratega, no nace, se hace.

Humildad y fraternidad ante todo.