Asesinan un Taxista Dominicano en el Bronx

El taxista dominicano José Peña Segura de 42 años de edad y oriundo de la sureña ciudad de Barahona, fue asesinado anoche de un balazo en la nuca, al estilo ejecución alrededor de las 10:25. La policía capturó rápidamente al hispano Benny Delgado de 31 años y lo interroga en relación al crimen. El chofer, padre de las niñas mellizas Hillary y Descree Peña Espinosa, y casado con la señora Natalia Espinosa, estaba trabajando el turno de la noche y trabajaba con la unidad 182 en la base Kiss Car Service del mismo condado. No está claro por ahora, si se trató de un atraco, porque la policía no ha revelado si el presunto homicida se llevó dinero o pertenencias del taxista sin medallón.

El conductor criollo murió poco después en el hospital Lincoln donde fue ingresado poco después de ser baleado. Se dijo que el detenido estaba en libertad condicional después de haber cumplido prisión por robo y narcotráfico.

El asesinato fue perpetrado en la intersección de la calle 145 y avenida Wallace. José Viloria, presidente de la Federación de Taxistas del Estado de Nueva York, deploró el crimen y resaltó la pronta actuación de la policía en la captura del sospechoso, que al cierre de esta crónica, no había acusado oficialmente.

Detectives de homicidios recuperaron en la escena una pistola calibre .25, pero no dijeron si esa es el arma usada para matar al chofer dominicano.

La víctima recibió el balazo detrás de la oreja derecha. Homicidios del Departamento de la Policía dijo que prosiguen las investigaciones sobre el caso. Se dijo que Delgado fue arrestado gracias a que testigos del asesinato, dijeron haberlo visto huyendo en las proximidades de la escena y lo describieron físicamente.

El dominicano es el segundo taxista de la ciudad en caer asesinado en las dos últimas semanas, en un hecho que comienza a atemorizar a los miles de choferes de bases que laboran especialmente por las noches. Entre 1998 y 1999, 14 taxistas de distintas razas fueron ultimados en atracos en los condados neoyorquinos y gracias al intenso trabajo de la federación, presidida entonces por el activista Fernando Mateo que consiguió un programa de cámaras de seguridad y divisiones blindadas entre el chofer y el pasajero, se pudo detener la cacería de los atracadores que tenían como sus blancos principales a los taxistas.