Julio Vasquez.

Radio Renacer

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sábado, 30 de marzo de 2013

Camino pide reflexión para sepultar corrupción

La Iglesia Católica de Santiago, pidió ayer a los dominicanos reflexionar en esta Semana Santa y abrir las ventanas de la Patria que se lleve el polvo de la indiferencia, la apatía y sepulte la corrupción que priva a la mayoría de una vida digna.

Al mismo tiempo en su nota editorial de la fecha, el periódico Católico Camino criticó la falta de compromiso que impide cambiar la suerte de los que sufren la injusticia social.

“Como pueblo también tenemos que resucitar, sepultando para siempre la corrupción que priva a la mayoría de una vida digna”, sostuvo.

Igualmente, cree que se debe sepultar para siempre la complicidad con aquellos cuyo alimento es el lucro desmedido, sin importarles los caminos que llevan a esa sed insaciable de poder.

Señaló, al mismo tiempo, que “tenemos que resucitar dándole paso a la esperanza que nada ni nadie nos podrá quitar, porque fuimos creados para ser felices”.

“Hoy el Señor resucitó y de la muerte nos libró, alegría y paz hermano el Señor resucitó y este hermoso canto ha resonado en miles de templos del mundo proclamando la grandeza del acontecimiento más significativo de la historia”, dijo.

Asimismo, sostuvo estar seguros de que más allá de la soledad de la tumba nos encontraremos con aquel que nos llenó de vida y trascendencia, dándonos a conocer la bondad y la misericordia del Padre.

Dijo que porque resucitó, los apóstoles fueron capaces de vencer el miedo y la cobardía, lanzándose a proclamar por todas partes la verdad hasta dar la vida, porque sabían en quién había puesto su confianza.

“Porque resucitó, hoy tenemos hombres y mujeres proclamando su mensaje en diferentes espacios del Planeta, no importando los riesgos, dificultades, limitaciones y privaciones para compartir la buena nueva con aquellos que no lo conocen”, señaló.

Concluyó que la alegría que sentimos la llevemos al pueblo, a los que habitan en el llano y la montaña y a los que están oprimidas por tantos signos de muerte que les roban la felicidad.

Nelson Peralta.