Por Ivelisse Santos.
La Basílica Nuestra Señora de la Altagracia es uno de los monumentos más respetados de la República Dominicana. Esta obra fue construida por los arquitectos franceses André-Jacques Dunoyer de Segonzac y Pierre Dupré, los cuales fueron elegidos a través de un concurso internacional anunciado en 1947, pero que se llevó a cabo en 1949, resultando elegida la propuesta de los arquitectos ya mencionados.
La basílica fue construida para reemplazar el antiguo santuario, en donde -según la leyenda- apareció La Altagracia, la cual se comenzó a construir en 1954, por órdenes del primer obispo de Higüey, Monseñor Juan Félix Pepén. Su contrucción duró 17 años.
El 21 de enero de 1971 es inaugurada durante el gobierno Joaquín Balaguer y el 12 de octubre del mismo año, es declarada como Monumento Nacional.
El 17 de octubre del mismo año, el Papa Pablo II la declara como Basílica Menor. Dos años después es declarada como Diócesis de Salvaleón de Higüey. En su segunda visita al país, el Papa Juan Pablo II coronó personalmente a la imagen de La Altagracia con una diadema de plata dorada, donde también aprovechó la oportunidad para bendecir a todo el pueblo de República Dominicana.
Hoy en día, es uno de los templos religiosos del país y de Latinoamérica más visitado, no solo por los habitantes de la República Dominicana, sino también por muchos extranjeros que llegan a ella para descubrir su espectacular belleza, la interesante historia que encierra y a llevar sus plegarias a la Virgen.
Para saber más
Su planta, de tres naves, tiene forma de cruz latina y la diferencia de altura entre sus bóvedas escalonadas proyecta claramente el concepto de sus arquitectos de crear, a través de las curvas, una representación del canto polifónico. Los cuadros, puertas y vitrales que la ornamentan fueron escogidos para servir de idóneos medios de evangelización.
La monumental puerta de entrada, bendecida por el Papa Juan Pablo II en Roma, fue realizada en bronce, con un baño protector de oro de 24 kilates, por el artista italiano Tommaso Gismondi.
Este centro religioso que atrae al turismo nacional e internacional, anuncia su cercanía al peregrino con el tilen de las 45 campanas de bronce que componen su carrillón y con su arco señal que alcanza los 80 metros de altura.
Sobre la imagen de la Virgen
El lienzo que muestra la imagen de la Virgen de la Altagracia fue restaurado en España en 1978, pudiéndose apreciar ahora toda su belleza y su colorido original. El marco que sostiene el cuadro es posiblemente la expresión más refinada de la orfebrería dominicana.
Un desconocido artista del siglo XVIII construyó esta maravilla de oro, piedras preciosas y esmaltes, probablemente empleando para ello algunas de las joyas que los devotos han ofrecido a la Virgen como testimonio de gratitud.
Existen dos historias sobre el cuadro de la Virgen. Por un lado se cree que fue traído a la isla en 1502 por los hermanos Alfonso y Antonio Trejo, procedentes de España. La otra cuenta que una niña le pidió a su padre, que iba de viaje a la ciudad, que le trajese un cuadro de la Virgen de la Altagracia.
De vuelta a su hogar, pasó la noche en una casa donde comentó el encargo de su hija. El dueño de la vivienda, un señor muy mayor, sacó de una bolsa un pequeño lienzo enrrollado y le dijo que eso era lo que buscaba: era la Virgen de la Altagracia. Cuenta la historia, que señor que le entregó la virgen desapareció.
domingo, 10 de julio de 2011
Basílica Nuestra Señora de la Altagracia
8:38 a. m.