Julio Vasquez.

Radio Renacer

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sábado, 2 de octubre de 2010

Dominicanos pasaron un gran susto a bordo de un avion.


NUEVA YORK._ Docenas de pasajeros y pasajeras dominicanos que viajaron ayer jueves en el vuelo 494 de la línea Delta Airlines que despegó del aeropuerto Las Américas con destino a Nueva York, pasaron tremendo susto, cuando poco antes de aterrizar en el aeropuerto John F. Kennedy de esta ciudad, la nave tuvo que ser desviada hacia Providence, lo que generó preocupantes rumores entre los usuarios, quienes especularon sobre fallas mecánicas o una posible amenaza terrorista. Entre los pasajeros se encontraban este reportero, el presidente del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), el vice ministro de Cultura y poeta Mateo Morrison, además de una amplia delegación cultural y de autores que participarán en la IV Feria Dominicana del Libro a inaugurarse esta noche en City College.

El avión salió con más de 40 minutos de retraso de Santo Domingo, donde fue detenido con el argumento de buscar una persona que presuntamente había abordado ilegalmente la aeronave. Todo el trayecto desde la República Dominicana hasta Nueva York, se hizo sin contratiempos, pero minutos antes de descender en la terminal del aeropuerto Kennedy, se le dio al capitán de la tripulación de que se mantuviera a la espera de la señal de los controladores de la torre de control, la que no llegó hasta pasadas las 7:00 de la noche y luego que el avión tuviera que aterrizar de emergencia en un aeropuerto local de Providencde en Rhode Island para abastecerse de combustible, según anunciara el jefe de la tripulación.

El primer alegato de los manejadores de la nave de Delta fue el de que en Nueva York el apretado tráfico aéreo y el clima, impedían el aterrizaje a la hora programada, pero se demostró posteriormente que se trató de una táctica dilatoria para no alarmar a los pasajeros.

Durante más de cinco horas el avión quedó varado en Providence mientras expertos y mecánicos revisaban el aparato y lo suplían de combustible. Varias veces se anunció el despegue hacia Nueva York, pero se produjo a las 8:15 de la noche, aterrizando casi forzosamente pasadas las 9:00.

En el trayecto de Providence a Nueva York, dos fuertes turbulencias sacudieron y estremecieron la nave, lo que hizo temer lo peor a los pasajeros, mientras muchas mujeres rezaban en voz alta y una de ellas gritó “ya nos fuimos” en alusión a la posibilidad de que avión pudiera tener problemas en el aire.

El avión casi se fue de lado al ser afectado por el fenómeno a poca distancia del aeropuerto neoyorquino. Finalmente y vadeando la inclemencia con todavía más de 4,000 pies de altura, el capitán piloto tomó ruta hacia la bahía de Long Island y logró un aterrizaje no muy halagüeño.

Este reportero junto a otros pasajeros reclamó a la tripulación ofrecer informaciones veraces que calmaran la angustia de los usuarios, pero la respuesta siempre fue la misma y se dijo que no se podían ofrecer detalles del percance como parte de la política de la aerolínea norteamericana.

Familiares de los pasajeros, incluidos los de este redactor, llamaron a las oficinas centrales de Delta donde se les confirmó que el avión había sido desviado y llevaba horas varado en Providence, pero tampoco les dieron informaciones específicas.

¡Llegamos vivos!, gritaron muchos de los pasajeros cuando la nave se detuvo en el túnel correspondiente al vuelo 494. Luego, la rutina de siempre: chequeos en inmigración y aduanas y cada cual hacia su casa.