Julio Vasquez.

Radio Renacer

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sábado, 13 de septiembre de 2008

De todo un poco 809, con la comunidad.

Cada vez que recibíamos un recién nacido de manos del gineco-obstetra, veíamos una criatura por lo general llorando, desnuda, húmeda y una pinza colgando del cordón umbilical; no importaba si la familia era rica o pobre, blanca o negra, o si su nombre era John, Rafaelito o Hassim; siempre veíamos lo mismo, una criatura por lo general llorando, desnuda, húmeda y una pinza colgando del cordón umblical.

A pesar de haber oido miles de niños llorar al momento de nacer, no hemos podido aprender a diferenciar el rico del pobre con el solo hecho de oirles llorar!

Al dia siguiente, al visitar estos mismos niños, comenzábamos a notar cierta diferencia: algunos vestían ropitas de marcas conocidas, mientras otros vestían las del hospital; a medida que pasaba el tiempo, la diferencia era aun mayor: cuando visitábamos al niño en la habitación de la madre, algunos tenian canastillas lujosas, mientras otros cargaban todo en un modesto bulto de mano.

Como padres, tenemos un gran reto que enfrentar; el mundo luce como al revés: a lo bueno se le llama malo y a lo malo se le llama bueno!
Durante el primer año de vida, la comida principal del niño será la leche de seno o la fórmula (quizas la combinación de ambas); además, alimentos sólidos por lo general para los cuatro a seis meses de edad (o cuando el recién nacido haya doblado su peso al nacer).
Durante las primeras samanas de vida, el niño promedio tomará de 2 a 3 onzas de leche cada tres a cuatro horas; para los cuatro meses, el niño promedio tomará 4 onzas de leche cada cuatro horas; y para los seis meses de edad, tomará 6 a 8 onzas cuatro a cinco veces por dia.
Una queja común es el niño que vomita despues de cada comida; por lo general, si el niño está creciendo y ganando peso normal para su edad, será algo transitorio y no debemos preocuparnos; sin embargo, debemos discutirlo con nuestro pediatra.
Un niño que vomita después de cada comida y no está ganando peso suficiente (o quizas está perdiendo peso), necesita ser revisado cuidadosamente por su pediatra; ya que podría requerir medicinas (incluso, en ocaciones cirugía).
Los niños alimentados con leche materna gozan de la protección contra muchas infecciones, al adquirir de la madre anticuerpos de defensa; no asi el niño alimentado con fórmula.
La fiebre es signo de que nuestro organismo está "peleando" contra una infección o agente agresor.
Se considera fiebre la temperatura por encima de 100.4 grados fahrenheit (38 grados centigrados).
Un niño menor de 3 meses de edad con fiebre, debe ver a su pediatra; si es mayor de 3 meses y luce sano, podemos darle acetaminofén; pero, si la temperatura no baja o luce enfermo, debe ser visto por su pediatra.
Fiebre prolongada puede causar deshidratación por pérdida excesiva de agua a través del sudor; empeorándose si se acompaña de vómitos y diarrea.
Subida rápida en la temperatura puede causar convulsión!
El uso de aspirina ha sido relacionado con un incremento del Síndrome de Reye (enfermedad rara pero seria, asociada con infecciones virales; afecta el cerebro y el hígado).
Si bien el acetaminofén baja la fiebre y hace que el niño se "sienta mejor", nunca usemos medicinas en nuestros niños menores de tres meses de edad sin la previa autorización de su pediatra (a esta edad nuestros niños no tienen buena defensa y cualquier simple infección podría complicarse con meningitis).
Muchos padres llaman fiebre al solo hecho de que su hijo "tiene la cara roja y está todo sudado"; el termómetro es lo único que nos puede confirmar si hay o no fiebre (temperatura por encima de 100.4 grados fahrenheit ó 38 grados centigrados); el problema en algunos de estos niños, es el exceso de calor (ya sea por abrigarlos demasiado o porque sus cunas están muy cercas de la calefacción).
La piel del niño de término está protegida antes de nacer por una cubierta cremosa que se llama vérnix; al momento de recibir al recién nacido, el pediatra lo limpiará cuidadosamente; pudiendo la piel descamarse un poco al exponerse al aire (esto es normal y no requiere tratamiento).
Muchos niños tienen lunares y manchas de nacimiento las cuales muchas veces desaparecen con el tiempo sin necesidad de tratamiento; otras quizás crezcan un poco antes de desaparecer y algunas que otras serán permanentes; su pediatra es el encargado de aconsejarles cuales marcas necesitan tratamiento.
Durante su primer mes de vida, el salpullido es queja común; por lo general este desaparese solo, sin necesidad de medicamentos; incluso, a veces las cremas hacen más mal que bien (pero si su niño tiene un salpullido generalizado o persistente, debe discutirlo con su pediatra).
Normalmente el niño no necesita polvo, aceite ni loción para mantener la piel suave; si la piel está muy reseca, úntele un poco de loción para bebe, que no contenga perfume; en estos casos, la loción es mejor que el aceite (usemos de preferencia los productos hechos especialmente para bebe; ya que los productos regulares podrían contener perfume, colorantes, alcohol y otros químicos que pueden irritar la piel del niño).
Una marca de nacimiento rojiza y elevada en la piel, lo que conocemos como "hemangioma en fresa", primero va ha crecer rapidamente por uno a dos años (desaparecerá gradualmente para los cinco a siete años de edad); cuando los hemangiomas son planos, muchos de ellos aclaran un poco; pero otros son permanentes y en ocaciones necesitan estudios especiales.
Otros nacen con manchas verdosas en la parte posterior del cuerpo ("manchas mongólicas"); estas son manchas sin mayor importancia que por lo general desaparecen para los cinco años de edad.
Algunos niños nacen con pequeñas manchas blanco-amarillosas en la nariz, labio superior, mejillas y la frente; esto es debido a crecimiento de las glándulas sebaceas y no necesita tratamiento (se desaparecerán solas).
El salpullido más común es el "diaper rash" o salpullido del pañal (pañalitis); aunque son muchas y variadas las causas, la más común es no cambiar a tiempo el pañal (los químicos que se forman en el pamper mojado y sucio, irritan la piel; haciéndola vulnerable a infecciones); es importante tratar el problema a tiempo (una piel enferma es mas facilmente irritada por el contacto con la orina y la excreta).
El uso frecuente de antibioticos es otra causa de pañalitis, ya que mata algunas bacterias que protegen la piel; permitiendo de esta manera que el hongo que "vive" normalmente en la piel "coja fuerza" y se desarrolle; tratemos de reducir los riesgos de pañalitis cambiando el pamper tan pronto como sea posible después que el niño orine o defeque; lavemos el área del pañal solo con agua y un lienzo de algodón (dejemos de cuando en vez al niño sin el pañal).
No consideremos descuidadamente todo salpullido!
Si su niño desarrolla vesículas en cualquier parte del cuerpo, debe consultar su pediatra; si bien es cierto que algunas de ellas carecen de importancia, otras son potencialmente peligrosas y requieren tratamiento médico de inmediato.
Ante cualquier duda, consulte con su pediatra!

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