Julio Vasquez.

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lunes, 11 de enero de 2016

Maestra asesinada por asaltantes era uno de los talentos de Villa Mella

Maestros, estudiantes y familiares de la profesora Gioconda Milagros Pérez lloraban su muerte y resaltaban las cualidades de esa joven mujer que con solo 22 años ya era profesional, tenía siete meses de embarazo y cursaba una maestría. Se graduó a los 19 años.
Sus sueños se vieron truncados cuando asaltantes le cegaron la vida de un disparo para robarle el celular a su esposo, en la calle Hermanas Mirabal, en el sector Santa Cruz, de Villa Mella.
En la funeraria municipal de Villa Mella ayer lloraban su partida, en una comunidad que está en duelo porque le arrebataron a unos de sus talentos, y que clama justicia y mayor vigilancia para que hechos como este no se repitan.
Agapito Pérez, padre de Gioconda, aseguró que el hecho ocurrió el pasado sábado alrededor de las 9:00 de la noche cuando ella y su esposo se dirigían a cerrar un colmado que tenían, donde aseguró hay dos cámaras de seguridad que deben ser analizadas por las autoridades.
Dijo que durante el asalto alguien se cayó y que los asaltantes pensaron que iban a ser agredidos, por lo que le dispararon en el pecho, ella fue llevada al hospital Ney Arias Lora donde hicieron todos los esfuerzos por salvarle la vida a ella y a la criatura, pero fue en vano, ya que a las 4:00 de la madrugada “ya mi hija estaba muerta”.
“Hay que hacer algo con esos jóvenes de 15 a 20 años que no trabajan ni estudian y que andan en motores sin placas. La policía los ve y no hace nada”, exclamó el padre de la víctima.
Mientras, Julio César Pérez, hermano de Gioconda, lamentó que cada día la inseguridad está peor y los delincuentes se están llevando jóvenes ejemplares. “Cada día la inseguridad va acabar con nosotros”.
En tanto que Olivia Paniagua, madre de crianza de Gioconda, lloraba desconsoladamente pidiendo justicia por la muerte de su hija.
En la capilla Azul de la funeraria, el padre Francisco Marcial ofició una misa de cuerpo presente, donde expresó que se hará todo lo necesario para que el crimen no quede impune. “Si aquí no actúan, Dios actuará”. Y oró por los profesores y estudiantes del Liceo Salomé Ureña donde Gioconda impartía docencia.
El religioso dijo que los alumnos de la víctima se quedan con el vacío de que quien le daba su materia ya no estará.
Los restos de la joven educadora fueron sepultados esta tarde en el cementerio de Cristo Rey.