Alguien nos envió un mensaje en estos días nos llegó en el momento adecuado a propósito del caso judicial, algunos nos expresaban su preocupación de la lentitud o de la forma en que se ha querido llevar el expediente por parte de los imputados y sus abogados. Les hemos dicho hasta la saciedad, que estamos conscientes frente a qué tipo de delincuentes de crimen organizado nos estamos enfrentando. Que así como planifican, diagraman y pagan para cometer sus fechorías y nos ser descubiertos, lo mismo hacen para evitar que la vara de la justicia les llegue a alcanzar y contratan o se hacen contratar abogados que le harán el juego ideal que ellos quieren llevar para evitar ser juzgados y desprestigiar todo ámbito de orden y respeto a las normas procesales. Les hemos dicho a todo el que nos aborda en las calles o lo hace por una de las redes sociales, que resulta a veces risible que a todos estos imputados, las propias víctimas y los ciudadanos y ciudadanas de bien y que si cumplen con las reglas de juego, tienen que garantizarle todos sus derechos y hasta su vida, porque no actuamos con el mismo corazón y tienen la suerte de que los más, tenemos escrúpulos. Tenemos que garantizarle su seguridad y hasta sus caprichos, con tal de que un proceso no se considere viciado. Por esto nos diferenciamos de los que saben utilizar otra forma que el crimen, el engaño, la ofensa, la diatriba, el desorden, la zancadilla y el buscar deslegitimar todo ámbito de justicia, no importando donde se encuentren. Tal como les mencionaba, alguien me envió, al parecer para animarnos o viendo todo lo ocurrido últimamente en el caso, el siguiente mensaje escrito por el Padre Colombiano, Alberto Linero, que indica lo siguiente: “Firme! Valiente Guerrero! Y luchador en la adversidad!!!. Fue adecuado y oportuno, porque si algo sabemos que debemos mantener es la firmeza y el valor pasa seguir esto hasta el final. Desde niño lo que hemos aprendido de nuestros padres, Carmen y Negro, es que no renuncias a las luchas ni a los retos. No dejas de lados los compromisos contraídos. No te colocas en el mismo nivel delincuencial del otro que desea llevarte. No te dejas ser objeto de la desesperación en que el otro desea que te coloques. Cuando recibes afectos y solidaridades de este tipo como un simple pero grandioso mensaje lleno de mucha espiritualidad y amor, es de las cosas que te mantienen con vida y fuerza para seguir adelante y no desfallecer. No existe adversidad, por grande o difícil que sea, que no la puedas superar si tienes tu corazón dirigido a Dios y si tienes el apoyo y el cariño de tanta gente buena. El hogar del cual provenimos, no nos enseñaron a dejar las cosas sin darle un final. Si bien es cierto que no fuimos criados para responder al tigueraje en su mismo lenguaje y actitud, sin embargo, no vamos a ceder un paso ni tampoco vamos a rendirnos en tratar de que se haga justicia en nuestro caso, no por tratarse de algo personal, sino porque nadie tenga que sentir temor, ni mucho menos que deba sucumbir ante el crimen organizado, ni a personas como las que conllevaron mi atentado, que han hecho de sus vidas un modo delincuencial. Pero esto último no es lo que este país se merece, ni mucho menos por lo que ha luchado, ni por los que tantos hombres y mujeres han dado sus vidas. Cada vez que pienso en que las cosas serán o se pondrán más difíciles, siempre recuerdo que si nuestra madre Carmen, pudo conllevar un cáncer de seno por cinco años, cuando en realidad le dieron meses de vida, y lo tomó con el valor que solamente a ella le caracterizaba. Si cada vez que le tocaba su quimio, salía con fuerza a cumplir sus obligaciones de hogar y no permitía que eso le quitara la paz ni su alegría habitual, ni permitía que eso le evitara sonreírle a todo el que miraba a la cara. Por qué razón debemos ser o actuar o reaccionar diferente ante lo que ha sucedido o pueda ocurrir en el caso. No vamos a rendirnos, ni a claudicar, solamente Dios será capaz de evitar que podamos seguir adelante. El nos trajo de la muerte misma, con El a su lado es que lucharemos como guerrero frente a las adversidades que se presenten en el proceso judicial. Que sepa toda esa gente de bien y buena voluntad, que ha orado por nosotros, que nos ha dado su espaldarazo y nos ha brindado su abrazo y mano solidaria, que no nos rendiremos, ni estamos hecho de ese material. Que sabemos que contamos con la fuerza de ellos y ellas, con sus corazones y con sus energías para que seguir marchando hacia delante. Con Dios delante, no nos rendiremos. Lic. Jordi Veras.