Escrito por: ARABELLA MICHELÉN La cavidad oral no solo está conformada por los dientes, en la misma están carillos, lengua, encía, paladar y otros tejidos blandos en los cuales también se deposita la placa bacteriana (biofilm) por lo que es indispensable higienizarlo para mantener una buena salud oral y evitar complicaciones mayores. La persona encargada de educar al paciente y los padres con relación a la higiene oral es el odontólogo y su equipo auxiliar, darle continuidad a lo aprendido en el hogar es responsabilidad de cada individuo. En caso de niños y pacientes especiales deben ser supervisados por un adulto. El equipo básico de higiene contará con cepillo, hilo dental y enjuague. Pacientes especiales, portadores de prótesis fijas o removibles, aparatos ortodónticos, deberán incluir otros aditamentos como porta hilos enhebradores, los cuales facilitan la tarea de introducir el hilo dental debajo de los aparatos ortodónticos y prótesis fija, así como eliminar la placa bacteriana en lugares donde es imposible hacerlo con el cepillo dental. El enjuague que utilice cada paciente dependerá de sus necesidades específicas, por ejemplo no necesita la misma concentración de flúor un paciente con numerosas restauraciones, que otro con una cavidad oral completamente sana, lo mismo si padece de enfermedad periodontal, halitosis o xerostomía. Su odontólogo le recomendará el enjuague específico para su necesidad, es muy importante que adquiera y lo utilice según sus indicaciones, ya que si realmente desea mantener buena salud oral, su dedicación y cuidado son la clave del éxito. El revelador de placa bacteriana es el aliado perfecto para identificar las zonas donde la misma no fue removida de forma eficiente. En el mercado local existen varias presentaciones, siendo la más común la liquida, puede ser usada tanto para niños como adultos. El mismo debe ser utilizado al finalizar su rutina de higiene, ya que servirá de indicador de la eficiencia con la que se realizó el cepillado. Las zonas tintadas deben ser de nuevo higienizadas hasta eliminar las manchas. Una correcta higiene incluye el cepillado de todos los tejidos blandos, lengua, encía, paladar, cepillándolo suavemente, pero eliminando toda la placa bacteriana que se haya depositado en esa zona. La visita al odontólogo debe ser realizada regularmente, por lo menos cada seis meses y debe incluir: un chequeo general, profilaxis (que es la limpieza de todas las superficies dentarias y blandas de la cavidad oral), aplicación de flúor con el objetivo de fortalecer las superficies dentarias, minimizando el ataque ácido; su concentración varía de un paciente a otro.