La República Dominicana conmemora el 53 aniversario de la histórica expedición liberadora de Constanza, Maimón y Estero Hondo, en la que participaron 225 combatientes, la mayoría exiliados dominicanos, movido por el más puro ideal: liberar a la nación del régimen opresor y sanguinario del tirano Rafael Leónidas Trujillo. Un día como hoy, 14 de junio de 1959, un grupo de 56 expedicionarios, al mando del comandante Enrique Jiménez Moya arribó al aeropuerto de Constanza en un avión tipo C-46. Mientras que el 20 de junio arribó por Maimón la lancha Carmen Elisa, con 121 combatientes y La Tinina, por Estero Hondo, con otros 48 expedicionarios. Las expediciones armadas de los exiliados anti trujillistas constituyeron el sueño de todos los que combatieron al tirano desde el exterior, y la esperanza de todos los que la rechazaron desde el interior. En las tres participaron 211 dominicanos, acompañados de 13 venezolanos, 20 cubanos, 9 puertorriqueños, 3 estadounidenses, 3 españoles, un nicaragüense y un guatemalteco. Esa fue una constante del exilio dominicano, a partir del fallido intento de Rafael Estrella Ureña, en 1933, de realizar una incursión militar contra Trujillo desde el puerto El Mariel, cercano a La Habana (Cuba), y de los fallidos intentos de Cayo Confites (1957), Luperón, (1949), y de Manuel Batista desde Miami (1958). Esta guerrilla de junio 1959, aunque resultó un fracaso militar porque no alcanzaron sus objetivos tácticos ni estratégicos, sin embargo puede decirse que esa cruzada patriótica e internacionalista constituyó el principio del fin de la tiranía, decapitada con el magnicidio del 30 de mayo de 1961. Aun mas, según el historiador Emilio Cordero Michel por sus características y proyecciones revolucionarias, así como por los efectos que produjeron en la sociedad dominicana, fueron las más importantes de todas las actividades de los exiliados, marcaron el inicio del derrumbe definitivo de la tiranía. La historia reconoce el valor heroico de los expedicionarios del 14 de junio, a quienes con justicia los identifica como la Raza Inmortal, porque su sacrificio se inscribe por siempre como el más noble aporte que una generación puede ofrendar en aras de la libertad y de la justicia social. Al sexto día de la expedición, 42 combatientes habían caído en combates y otros muchos hechos prisioneros por el Ejército trujillista, en una historia de tragedia de la que sólo seis expedicionarios pudieron sobrevivir, pues la mayoría de los cautivos fueron torturados y asesinados en las ergástulas del régimen. Sobrevivieron Alfredo Almonte Pacheco, asesinado después por el tenebroso Servicio de Inteligencia Militar (SIM). Francisco Medardo Germán, (murió en el 2003 con 95 años), Poncio Pou Saleta, (falleció en el 2010 a los 88 años), el comandante cubano Delio Gómez Ochoa, de 79 años, residente en el país. El cubano Pablito Mirabal, quien vino cuando apenas tenía 15 años, murió hace algunos años y el sexto sobreviviente Mayobanex Vargas, de 73 años, aun vive en Bonao. Mucho consideran que el período coyuntural que se inició el 14 de junio de 1959 y se extendió hasta el 30 de mayo de 1961, fue el más importante de la historia del régimen de Trujillo, porque en él se resumió la crisis de la tiranía, reflejo de su podredumbre y de la depresión económica que había comenzado en 1954, como una proyección de la crisis del capitalismo mundial. El valor de la libertad y de la democracia, que con sus imperfecciones ejercitan los dominicanos, puede aquilatarse en la sangre derramada por esos patriotas que ofrendaron sus vidas por la consecución de un noble ideal. ¡Gloria eterna a los expedicionarios del 14 de junio! ¡Loor a la Raza Inmortal! Rafael Baldayac.