Escrito por: CARMEN MATOS Al convicto Lorenzo Álvarez le avergonzaba tener que firmar con tres cruces en la cárcel de El Seybo en la que, significativamente, existe una escuela creada por los propios recluso. Allí aprendió a leer y escribir. Seibo. Lorenzo Álvarez, de 32 años de edad, cumple una condena de 20 años por homicidio en la cárcel Santa Cruz de esta ciudad (La Fortaleza). Cuenta cabizbajo que cada vez que tenía que firmar un documento oficial hacía tres cruces, ya que nunca aprendió a leer ni a escribir. Todo eso cambió hace dos años, cuando decidió integrarse a la pequeña escuela que funciona dentro del penal, y que fue fundada por los reos que tienen un mayor nivel educativo. Lorenzo es parte del grupo de unos 300 reclusos que cada mañana se coloca en fila para entonar el Himno nacional, y luego buscar rincones para completar tareas en una pequeña mascota. “Me siento muy bien, ahora pienso diferente”, confiesa Álvarez, sentado en uno de los bancos del salón de clases. Al frente, otro de los reos, que es bachiller, enseña una lección de lectura en la pizarra. Inicios. La escuela de la cárcel pública de esta ciudad se inició hace seis años de la iniciativa de Francisco Ventura, sobre quien pesa una condena de 30 años de prisión por secuestro. “Dentro del aula no existen reos, ni delitos ni condenas, son solo un grupo de hombres que comparten con sus pares todos los conocimientos que adquirieron”, dijo Francisco. Además de las clases para aprender a leer y escribir, los reclusos enseñan a sus compañeros inglés, informática, música y pintura. Dijo que los materiales educativos los adquiere con los pocos recursos que logra reunir de un colmado que instaló dentro de la cárcel, y de las donaciones de amigos e instituciones. Empero, dijo que le faltan mascotas, libros de alfabetización, de inglés e instrumentos musicales. Los resultados. El mayor logro de la escuela en sus primeros seis años es la forma en que la opción educativa ha mejorado la disciplina del recinto y reducido la reincidencia entre los que logran su libertad. Como explica Ventura, entre los más de 800 egresados de la escuela, son muchos los que han retornado al penal para decir que lograron un empleo. Otros han regresado para donar materiales, de los que saben que les hicieron falta cuando les tocó estudiar allí. Las claves 1. A la escuela... Antes de iniciar las jornadas educativos, todas las mañanas los reos que van a la escuela forman filas y cantan el Himno Nacional. 2. Clases de creole El director de Prisiones, Mario Acosta, prometió a los reclusos que contratará profesores de creole para que impartan clases del idioma a los haitianos y dominicanos del recinto de El Seibo.