Continuan las voces dominicanas clamando justicia.

Por Maguá Moquete Paredes
Analista Político y Social / maguamoqueteparedes@yahoo.com


Precisamente, en esta época y en este país, es un hecho ejemplar, es un acontecimiento que debe ser admirado con orgullo dominicanista, la vida y la obra de un

Profesional con altas cualificaciones en la administración de empresas, abogado, y sitial que suma a la democracia y pro a la libre expresión del pensamiento nacionalista.

Expresaba el primer Cardenal dominicano de la Iglesia católica, Arzobispo Emérito de Santo Domingo, Octavio Antonio Beras Rojas, que "la verdad es como el colcho, que flota". El imperio de la ley y la justicia están con la inocencia del culto Mancebo Méndez.

Aunque esté enclaustrado, los valores intrínsecos o natos de un hombre honorable están vigentes. Ministerial y juez, constituyen un esfuerzo noble a favor de la construcción de un espacio resplandeciente, de una digna sociedad, y de justas relaciones con las personas y grupos, y aún, entre sociedades o colectividades humanas de mayor magnitud. "Sólo el recto pensar conduce a la paz", ha sentenciado Jeddu Krishnamurti.

Tengo la convicción en la inocencia que hará luz pronto ante lo nebuloso del momento. El bien siempre será el bien, que es como cultivar en la existencia de la felicidad.

La ley de evaluación es una ley de la naturaleza física, tiene que una ley de naturaleza moral. Mancebo Méndez, esposo y padre decoroso, siempre con base al crecimiento espiritual ha tenido el matiz inconfundible en los fértiles campos del bien. Siempre ha sido la virtud contra las acciones que abruman o mutilan cosas. Hombre de nobleza y sociedad.

Quien suscribe, Maguá Moquete Paredes, vice-presidente de la Cámara Dominicana de la Prensa Nacional, Inc. (CADOPRE), pone su prestigio y honor al unísono de la institución que me honra dirigir, que el dominicano Manuel Emilio Mancebo Méndez es un hombre pulcro y de dogma humanista. Nunca jamás, pondría su dignidad a rastras.

La experiencia ha demostrado que la existencia de la preciada calidad de Mancebo Méndez. Explica su excelencia humana y constituye la razón de vida: Solidario sincero, ético, moral, honrado, que son -segmento- de sus dones sin límites a visualizar y comprobar. Concentrar cada logro de práctica agradable y apasionante en el juicio de la moralética de nuestro conciudadano.

Al igual, que toda persona obligada a la convivencia social, para justificar su conducta en el camino conducente hacia niveles superiores de vida, tiene que acoger, con todo vigor, el realce de la moralidad, que es la norma del bien, para la fuente de exaltación de los valores personales de Mancebo Méndez.