Luchando por la paz mundial.

Nueva York/especial para EDLP — Sentada tras una mesita diminuta intenta conseguir seguidores para una gran causa. El amplio recinto de la cafetería de La Guardia Community College, en Long Island City, está repleto de puestos ofreciendo distintas cosas a los alumnos como parte de un encuentro de clubes de estudiantes. Hay música fuerte, globos y bullicio. Paciente, Yolanda Andersson espera el momento adecuado y cuando un par de muchachos se acerca les lanza la pregunta: “¿Les interesa que haya paz en el mundo? ¿Quisieran hacer algo para ayudar a terminar con la violencia? Los jóvenes se miran y deciden escucharla. Esta mujer de semblante luminoso no tiene globos ni música pero sí una profunda convicción de que es posible construir un mundo más justo, equitativo y seguro donde no la violencia no se acepte. “Estoy convencida de que va a llegar un momento donde la violencia nos va a dar asco; va a ser como ver una cucaracha, vamos a gritar cuando la veamos. Claro, el cambio no se da solo,” agrega, “hay que trabajar para lograrlo”.


Sin perder tiempo, Yolanda comenta a los muchachos sobre una vigilia por la paz, el próximo jueves 19 de marzo, coincidiendo con el sexto aniversario de la invasión en Irak. “¿Pueden creerlo?” Pregunta abriendo lo más posible sus ojos pequeños y rasgados. “Son seis años de imposición, de brutalidad, de fuerzas invasoras ocupando un lugar que no les pertenece”, agrega.


La vigilia plantea una consigna concreta: el retiro inmediato de las tropas de las tierras ocupadas. Principalmente, de Irak y Afganistán pero también propone que todos los soldados extranjeros abandonen las tierras donde están apostados alrededor del mundo. Sería pues, el final del intervencionismo militar que, según los organizadores de la iniciativa, el Movimiento Humanista, sólo causa daño, problemas a nivel moral, psicológico, político y una dependencia económica de aquellos sujetos a la ocupación.