Julio Vasquez.

Radio Renacer

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jueves, 21 de abril de 2016

Homosexualidad y religión

Rafael Baldayac
Un tema muy debatido en el mundo entero, tanto así que en muchos países  la homosexualidad es aceptada sin muchos problemas. Un ejemplo,  España y Alemania, donde aproximadamente el 82% de las personas aceptan la homosexualidad. En Canadá esa cifra está en el 80%; los demás países como Estados unidos, Argentina, Chile, México y Brasil, están entre el 60% y 70% de aceptación.

Ahora tenemos que realizarnos una pregunta que nos llevara a múltiples respuestas: ¿Cómo está el panorama en la Republica Dominicana con respecto a la homosexualidad?  Cada vez más se siente la presencia de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales), en nuestro país y sobre todo despues de la llegada de activistas extranjeros.

 Naturalmente estamos lejos de todos los derechos conquistados por este grupo en otros países, donde  gozan de muchos derechos  alcanzados en las cámaras legislativas, tales como matrimonio entre parejas del mismo sexo, adopción de niños, protección contra la discriminación,  poder hacer parte de las fuerzas armadas y  dentro de la religión el derecho a casarse legalmente.

Es abominable todo lo que esta pasando en el mundo. Hace unos dias la Iglesia evangélica de Berlín  aprobó el matrimonio homosexual y casará a partir del 1 de julio a parejas del mismo sexo. El sínodo o asamblea de obispos de esta Iglesia dio luz verde al matrimonio homosexual,  la tercera  iglesia protestante alemana, luego de  Hessen-Nassau y Rheinland. 
    
Según el último anuario de la Iglesia Evangélica de Alemania, el protestantismo cuenta con más de 23 millones de fieles en el país, mientras que 24,2 millones de ciudadanos se declara católico. 
   
 La relación entre homosexualidad y  religión puede variar mucho a lo largo del tiempo y de la localización geográfica, entre diferentes religiones y sectas, y en relación a las diferentes formas.             

Actualmente las principales doctrinas religiosas del mundo contrastan de manera significativa entre la denominación y actitud hacia homosexualidad.
    
Esto se muestra desde la discreta aceptación  sobre actividades homosexuales, hasta la prohibición explícita de la práctica del matrimonio entre personas del mismo género y la oposición radical. El cristianismo y el islamismo establecen claramente  que la orientación homosexual es  pecaminosa por sí misma. 
    
La Iglesia Presbiteriana Ortodoxa, declara que tan solo el acto sexual es pecaminoso. Otras aceptan completamente a los homosexuales, y más lejos llega  la Radical Faeries, que fomentan activamente la homosexualidad.

Algunas religiones  la ven como  una enfermedad que se puede subsanar  a través de la Teoterapia. Por otra parte, algunas ven la homosexualidad de manera más positiva, y otras más  liberales, como wicca, pueden bendecir los matrimonios entre personas del mismo género.
 
Muchas  consideran el amor y el sexo entre miembros del mismo género como sagrado. En la Historia de la humanidad se pueden encontrar mitologías acerca del amor entre personas del mismo género. 
    
Como esta ocurriendo en Alemania, muchos grupos de tendencia conservadoramente  gay han manifestado un acercamiento hacia comunidades religiosas tolerantes a la homosexualidad e inclusivas con respecto a la participación dentro de sus fieles, aceptándolos como tales y casándolos.
    
La Biblia, consistentemente nos dice que la actividad homosexual es pecado (Génesis 19:1-13; Levítico 18:22; Romanos 1:26-27; 1Corintios 6:9). En Romanos enseña específicamente, que la homosexualidad es el resultado de negar y desobedecer a Dios.
   
 Además la Sagradas Escritura dice que cuando una persona continúa en pecado e incredulidad, Dios “lo entrega” aún al pecado más malvado y depravado, a fin de mostrarle lo inútil y desesperado de la vida, al hallarse separado de Dios. Los “transgresores”  no heredarán el reino de Dios.  

Dios no crea una persona con deseos homosexuales.  Una persona se vuelve homosexual a causa del pecado (Romanos 1:24-27), y definitivamente a causa de su propia elección. Una persona puede haber nacido con una gran susceptibilidad hacia la homosexualidad, al igual que hay gente que ha nacido con una tendencia a la violencia y otros pecados. Eso no la disculpa de escoger pecar al ceder a sus deseos pecaminosos. 

 “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”  1Corintios 6:9.

Rafael Baldayac