Julio Vasquez.

Radio Renacer

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sábado, 7 de noviembre de 2015

Juana de Arco

Es la patrona de Francia y Doncella de Orlean, es una de las mujeres de primer orden en la iglesia catolica. Desde muy jocencita escuchaba unas voces en su interior que permitieron que ella misma encabezara el ejercito frances para liberar su país. Luego de su triunfo fue traicionada, juzgada y condenada por su propia gente, pero ella se mantuvo firme y respetuosa de Jesucristo y su iglesia a pesar de esta ultima enviarla a morir en la hoguera.
Cada 30 de mayo se celebra su fiesta como una manera de rendirle tributo por su valentía y fidelidad.Santa Juana de Arco nació en día de la Epifanía de 1412, en Domrémy, pequeño pueblecito de Champagne, a orillas de la Mosa, Francia. Su padre, Jacobo d’Arc, era un hacendado de cierta importancia, hombre bueno, frugal y un tanto huraño. La madre de Santa Juana, que amaba tiernamente a sus cinco hijos, educó a sus dos hijas en los quehaceres domésticos. Santa Juana declaró más tarde: "Sé cocer e hilar como cualquier mujer". Pero nunca aprendió a leer ni a escribir. Los vecinos de la familia, en el proceso de rehabilitación de la santa, dejaron testimonios conmovedores de la piedad y ejemplar conducta de la joven. Tanto los sacerdotes que la conocieron como sus compañeros de juegos, atestiguaron que le gustaba ir a orar a la Iglesia, que recibía con frecuencia los sacramentos, que se ocupaba de los enfermos y era particularmente bondadosa con los peregrinos, a los que más de una vez, cedió su lecho. Según uno de los testigos "era tan buena, que todo el pueblo la quería." Por lo que parece Santa Juana tuvo una infancia feliz, aunque un tanto turbada por los desastres que asolaban el país y por el constante peligro de un ataque armado sobre la población de Domrémy, situada en la frontera de Lorena. Antes de emprender su gran empresa, Santa Juana tuvo que huir, por lo menos una vez, con sus padres, a la población de Neufchatel, a trece kilómetros de distancia, para escapar de las manos de los piratas borgoñones que saquearon Domrémy.
La historia de Juana de Arco es admirable y extraordinaria desde su nacimiento por demostrar cuan especial era, ella había nacido en momentos que Francia estaba invadida por Enrique V de Inglaterra quien manejaba a sus nacionales de manera antojadiza ya que había despojado la corona de Carlos Vl causando así una gran división en el país llevándolo a una guerra civil entre los partidarios del duque de Borgoña y el duque de Orleáns, de suerte que no había podido organizar rápidamente la resistencia. Por otra parte, después de que el duque de Borgoña fue traidoramente asesinado por los hombres del delfín, los borgoñeses se aliaron con los ingleses, que apoyaban su causa. La muerte de los monarcas rivales, ocurrida en 1422, no mejoró la situación de Francia. El duque de Bedford, regente del monarca inglés, prosiguió vigorosamente la campaña y las ciudades cayeron, una tras otra, en manos de los aliados. entre tanto, Carlos VII, o el delfín, como se insistía en llamarle, consideraba la situación perdida sin remedio y se entregaba a frívolos pasatiempos en su corte.
Apenas contaba con 13 primaveras cuando vivio aquella primera experiencia mistica que consistia en escuchar voces en su interior. Ella fue muy valiente al hacerlas publicas, como en aquella oportunidad cuando tenia trece anos de edad< Escuché , una voz de DIOS>, esto ocurrió el jueves 22 de febrero de 1431. Ese hecho se habría registrado al mediodía en el jardín de su padre, ademas declaró haber visto a San Míguel, a Santa Catalina y a Santa Margarita, aparentemente sus voces la exhortaban a llevar una vida piadosa y digna. Unos meses mas adelante, se sintió llamada por Dios a una misión que no parecía estar a su alcance; Se trataba de dirigir el ejercito francés, coronar , coronar como rey al delfín en Reíms y expulsar a los ingleses del país.
Para cuando cumplió aquellas instrucciones recibidas debió viajar en 1428 hasta Voucouleurs y de esa manera unirse a las tropas del príncipe Carlos , fue rechazada, pero se mantenía insistiendo para que le dieran la oportunidad al cabo de 90 días la situación empeoraba en Francia y las autoridades decidieron colocarla al frente de un batallón de cinco mil hombres para que llevara a cabo los planes que previamente habían sido elaborado, fue con esos mismos soldados que logró derrotar de una forma asombrosa a los ingleses y levantar el cerco de Orleans, el 8 de mayo de 1428, dando paso de esa forma a la coronación de Carlos Vll de Francia, específicamente el 17 de Julio de 1429. Durante la ceremonia, Santa Juana permaneció de pie con su estandarte, junto al rey. Con la coronación de Carlos VII terminó la misión que las voces habían confiado a la santa y también su carrera de triunfos militares.
Luego de coronarse con la victoria Juana de Arco dejó de oír sus voces interiores y pidió permiso a sus superiores para regresar a la tranquilidad de su hogar, pues había cumplido con la tarea asignada por Dios. Su solicitud fue negada por lo que debió seguir combatiendo en el frente de batalla donde recibió una herida en el muslo durante los enfrentamientos y, el duque de Alencon tuvo que retirarla casi a rastras. La tregua de invierno que siguió, la pasó Santa Juana en la corte, donde los nobles la miraban con mal disimulado recelo. Cuando recomenzaron las hostilidades, Santa Juana acudió a socorrer la plaza de Compiegne, que resistía a los borgoñones. El 23 de mayo de 1430, entró en la ciudad y ese mismo día organizó un ataque que no tuvo éxito. A causa del pánico, o debido a un error de cálculo del gobernador de la plaza, se levantó demasiado pronto el puente levadizo, y Santa Juana, con algunos de sus hombres, quedaron en el foso a merced del enemigo. Los borgoñeses derribaron del caballo a la doncella entre una furiosa gritería y la llevaron al campamento de Juan de Luxemburgo, pues uno de sus soldados la había hecho prisionera. Desde entonces hasta bien entrado el otoño, la joven estuvo presa en manos del duque de Borgoña. Ni el rey ni los compañeros de la santa hicieron el menor esfuerzo por rescatarla, sino que la abandonaron a su suerte. Pero, si los franceses la olvidaban, los ingleses en cambio se interesaban por ella y la compraron, el 21 de noviembre, por una suma equivalente a 23,000 libras esterlinas, actualmente. Una vez en manos de los ingleses, Santa Juana estaba perdida. Estos no podían condenarla a muerte por haberles derrotado, pero la acusaron de hechicería y de herejía. Como la brujería estaba entonces a la orden del día, la acusación no era extravagante. Además, es cierto que los ingleses y los borgoñeses habían atribuido sus derrotas a conjuros mágicos de la santa doncella. Realmente eran puras alegaciones pues no podían admitir que una jovenzuela le pudiera causar una derrota tan humilante.
Los ingleses la condujeron, dos días antes de Navidad, al castillo de Rouen. Según se dice sin suficiente fundamento, la encerraron, primero, en una jaula de acero, porque había intentado huir dos veces; después la trasladaron a una celda, donde la encadenaron a un poyo de piedra y la vigilaban día y noche. El 21 de febrero de 1431, la santa compareció por primera vez ante un tribunal presidido por Pedro Cauchon, obispo de Beauvais, un hombre sin escrúpulos, que esperaba conseguir la sede arquiepiscopal de Rouen con la ayuda de los ingleses. El tribunal, cuidadosamente elegido por Cauchon, estaba compuesto de magistrados, doctores, clérigos y empleados ordinarios. En seis sesiones públicas y nueve sesiones privadas, el tribunal interrogó a la doncella acerca de sus visones y "voces", de sus vestidos de hombre, de su fe y de sus disposiciones para someterse a la Iglesia. Sola y sin defensa, la santa hizo frente a sus jueces valerosamente y muchas veces los confundió con sus hábiles respuestas y su memoria exactísima. Una vez terminadas las sesiones, se presentó a los jueces y a la Universidad de Paría un resumen burdo e injusto de las declaraciones de la joven. En base a ello, los jueces determinaron que las revelaciones habían sido diabólicas y la Universidad la acusó en términos violentos.
La Santa fue tentada como Jesús para que negara que esas voces venian de Dios y si lo hacia en publico su vida seria respetada, porque su intención era ignorar el poder de Dios. Pero ella se mantuvo firme con el valor que le Dios en esos momentos le estaba dando, porque no podemos desconocer que cuando se trata de perder la vida la angustia se apodera de nosotros y suponemos que en el caso de ella era bastante delicado por tratarse de una joven con deseos de vivir y superarse.
Tras un proceso judicial de tres meses fue declarada culpable de los cargos de practicar herejía y hechicería; pese a que ella defendió siempre su inocencia , pero aun así no pudo convencer a sus acusadores, fue condenada a la hoguera, y ejecutada el 30 de mayo de 1431 en la plaza publica del mercado de Ruan. Así ponían fin a sus días en la tierra con tan solo 19 año de edad. Pero no se conformaron con arrancarle la vida y ya para tales fines usaron el fuego, pero valientemente puedo controlar sus emociones y en vez de afligirse y llorar pidió a un fraile que mantuviera una cruz a la altura de sus ojos e hizo entrega de su alma al creador rezando a San Miguel a quien le tenia mucha devoción.
Ellos se impusieron a la justicia, a la verdad y a la inocencia de aquella de aquella joven valiente que debía experimentar las mas crueles torturas y violaciones de sus derechos para imitar a Cristo, luego de su fallecimiento sus cenizas fueron lanzadas al rió Sena.
Despues de su desafortunada muerte Carlos Vll comenzó una batalla legal con el propósito de limpiar su reputación ( Juana de Arco) logrando que 1456 el papa Calixto lll la rehabilitara solemnemente, determinando en la revisión del proceso que ella no había mentido y que todo lo narrado por ella eran informaciones verídicas y divinas admitiendo de esa manera que la misma iglesia a la que tanto amó, sirvió y obedeció le había fallado, fue considerada una mártir y llevada al símbolo de la unidad francesa, el mismo día de su canonización en 1920 Francia la proclamó su patrona.