Más de 400 inmigrantes, en su mayoría sirios, fueron socorridos el martes por un barco oceanográfico español y un patrullero islandés en el Mediterráneo, la vía de inmigración “más mortal del mundo” según la ONU, anunciaron este miércoles las autoridades españolas.
Los 408 inmigrantes estaban a bordo de un bote que “llevaba seis días a la deriva” y se encontraba 150 millas náuticas al este del puerto siciliano de Augusta, informó el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español en un comunicado, precisando que serían trasladados durante el día a esa ciudad.
“Las operaciones las hemos realizado durante aproximadamente cinco horas, embarcando un total de 194 inmigrantes” en el buque “Sarmiento de Gamboa”, que pertenece al centro de investigación, declaró la capitana del barco español, María Ángeles Campos, en una entrevista sonora difundida por el CSIC.
Entre los inmigrantes, todos sirios, había 61 niños, 54 mujeres y 79 hombres a los que se proporcionaron mantas y alimentos, agregó el centro.
“Presentan síntomas de deshidratación” pero “ahora se encuentran en perfecto estado de salud”, precisó Campos.
El resto de personas fueron socorridas por una patrullera islandesa que realizaba controles de inmigración en la zona, en el marco de la operación europea Triton realizada por la agencia Frontex, y que había avisado al barco español.
Desde el verano boreal de 2013, Italia se enfrenta a llegadas masivas de inmigrantes clandestinos a sus costas, que se acentuaron con el despliegue de la operación de socorro Mare Nostrum tras dos naufragios dramáticos en octubre. Pero el fin anunciado de Mare Nostrum, que da progresivamente paso a Triton, una operación europea de control de fronteras mucho más limitada, no puso fin a los intentos de travesía.
El Mediterráneo se ha convertido en “la ruta más mortal del mundo” en 2014, cuando al menos 3.419 migrantes perdieron la vida tratando de cruzarlo en busca de un futuro mejor, anunció este miércoles al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Desde principios de año, más de 207.000 migrantes intentaron cruzar el Mediterráneo, una cifra casi tres veces más elevada que el precedente récord de 2011 cuando 70.000 migrantes habían huído de sus países durante la primavera árabe, según ACNUR. Cerca de 80% de las salidas se efectúa desde las costas libias con destino a Italia o Malta.