Wolfgang Amadeus Mozart es uno de los compositores más reconocidos de la historia de la música y autor de numerosas obras consideradas piezas maestras de la música clásica. Por este motivo calificar a alguien como el «Mozart de la Teología» es un elogio de grandes proporciones, y más viniendo del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Gerhard Müller. El calificativo fue dado a Benedicto XVI, hoy Papa emérito y quien fuera por largo tiempo Prefecto de este Dicasterio bajo el pontificado de San Juan Pablo II.
(LOR/Gaudium Press) «Joseph Ratzinger -Benedicto XVI- ha sido definido como el 'Mozart de la Teología'», expresó el Prefecto durante su alocución en la ceremonia de entrega del Premio Ratzinger a la profesora francesa Anne-Marie Pelletier, primera mujer en recibir este galardón y al Presidente de la Asociación de Biblistas Polacos y editor de una importante publicación teológica, Mons. Waldemar Chrostowski. Según L'Osservatore Romano, las palabras del Card. Müller sobre el Papa emérito suscitaron el aplauso de los presentes, tras el cual el Cardenal afirmó «la profunda gratitud de la Iglesia a Benedicto XVI por su incansable compromiso como investigador y maestro de la ciencia de Dios».
Así mismo, el purpurado recordó que «la Congregación para la Doctrina de la Fe está particularmente vinculada a Joseph Ratzinger, no sólo debido al hecho de que él lideró el Dicasterio por más de 23 años, sino también porque esta Congregación tiene la tarea de promover y proteger la Doctrina de la Fe, y la abundantemente rica teología del Papa emérito fue de gran importancia a este respecto, haciendo que la Doctrina Cristiana brillara en toda su intensidad y belleza».
Según informó L'Osservatore Romano, el discurso en la entrega del Premio Ratzinger fue encargado al Card. Müller por el Papa Francisco, quien a causa de numerosos compromisos no pudo asistir a la ceremonia, como sí lo hizo en 2013. El Prefecto recordó algunas de las palabras del Pontífice en aquella ocasión, cuando afirmó que la obra intelectual del Papa emérito era «un regalo a la Iglesia, y a todas las personas, de lo que él tenía por más precioso: su conocimiento de Jesús, el fruto de años y años de estudio, discusión teológica y oración», citó el Cardenal. «Porque Benedicto XVI buscó la teología sobre sus rodillas».