Por Bolívar Balcacer
Dicen que el hábito hace al monje. Deduciendo en este caso que hábito se refiere a la vestidura, traje, atavío o prenda.
Yo diría que el hábito hace al líder. Pero el hábito entendido como práctica o rutina. Todos los postulados, teorías, paradigmas y técnicas que conocemos, de nada sirven si no se llegan a convertir en hábito. Y este se consigue a base de práctica, dedicación y esfuerzo. Pero para lograrlo hace falta algo más. Un profundo conocimiento de uno mismo, confianza y sobre todo, ganas y deseos de poner en práctica lo aprendido. Siendo constantes y perseverantes en nuestro deseo de perfeccionar y mejorar como líderes pero sobre todo, como personas. Anteponiendo los intereses del equipo a los nuestros.
Todos conocemos, incluso en primera persona, a colegas que han asistido a infinidad de cursos y seminarios sobre liderazgo, dirección de equipos o habilidades directivas. Sin dudar de la eficacia de estos cursos ¿Durante cuánto tiempo aplicamos lo aprendido? ¿Qué incidencia tiene en la organización? ¿De qué forma beneficiará a nuestros colaboradores?
Para algunos, es solo una moda pasajera. Durante unos días lo intentan, pero en algunos casos abandonan a mitad de camino. Otros perseveran, ponen en práctica, mejoran, ensayan y perfeccionan, pulen, retocan y corrigen sin cesár. Solo así conseguirán el efecto deseado.
Ese es el caso de 8 figuras ejemplares del mundo cibernético dominicano en New York, ellos han sabido colocar sus nombres en pedestales de oro, son lo que podemos decir un prestigio dentro de todo este "sambumbio" que Ramón Ramírez y sus áulicos han armado para terminar de destruir la blogosfera, todo por un afán de lucro, los ejemplos sobran, cogen dinero y lo niegan, arman actividades perciben plata y no dan informes de ingresos y egresos, se parcializan, destruyeron los coroblogs como paso con el 10-10-10 que en el banner de entrada sectorizaron los logos colocando solo el de ellos sobre el de decenas de colegas que fueron usados de forma mezquina por quién manejo ese recurso.
Por Suerte que hombres dentro del internet dominicano de New York como Henry de la Cruz, Jaime de León, Ramond Abad, Julio Vasquez, Luis Alfredo Collado, Mel -el guaguero de New York-, Anthony Worth y Miguel Angel Rodríguez, son cristales transparentes, piezas vitales en la moralización de la blogosfera de la gran babel de hierro, ellos son clase aparte porque se prepararon para subir al más alto picacho de la montaña y emerger con luz propia en este "zarzal de ratas".
Entrar a los portales de estas figuras, es visitar centros de aprendizaje en los cuales el cerebro se nutre, se oxigena y uno sale de ellos con un concepto de autentico crecimiento en lo moral, en lo social, en lo informativo, en lo educativo etc. esta gente se respeta a lo interno y externo de su ser.
En los portales de estos ocho soportes morales, está cifrada la esperanza de una comunicación diáfana, distinta, amplia, ellos no caen en el cieno que han caído los "chichiwaos" que se hacen llamar "comunicadores" del periodismo alternativo, que lo único que saben hacer es chismear y comunicar farándula porque su cerebro es tan corto, tan corto, tan corto que lo que semejan es el ya mencionado "Simirigullín", y usted se preguntará, que es un Simirigullín?, es el mime que sale del mime del estiércol de las vacas o bien sea una especie de liendre.
Como comunicador me siento orgulloso de estos ejemplares compañeros a imitar, porque son autenticas piezas antológicas que nos prestigian como comunicadores, y es que como dijo hace cientos de años el científico chino Sun Tzu “Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
Hay muchos y buenos comunicadores en New York es verdad, pero hay otros, los peores que al pedir y chantajear por una nota no llegan ni a "zalea" porque son como el ratón de cloacas que no le sirve ni el cuero ni la carne.
Que grandeza la de Henry de la Cruz, Jaime de Leon, Ramond Abad, Julio Vasquez, Luis Alfredo Collado, Mel -el guaguero de New York-, Anthony Worth y Miguel Angel Rodríguez, ellos nos han mostrado el sentido en el que debemos de ser revolucionarios. Estimulando, provocando y ejecutando el cambio. Primero en nosotros como individuos y a continuación en las personas que nos rodean. El efecto dominó.
Es la suma de pequeños cambios lo que produce verdaderos resultados duraderos. Lo importante es ser capaces de provocarlos. ellos son el ejemplo
Hasta nuestro próximo comentario
sábado, 19 de febrero de 2011
No todo está perdido en la blogosfera dominicana de New York
12:44 a. m.
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