Destacan autoridades de Michoacán que en el atentado contra Minerva Butista se utilizaron fusiles de asalto AK-47 y R-15

Más de 2 mil 700 tiros de grueso calibre fueron disparados el pasado sábado en un atentado contra la secretaria de Seguridad Pública del estado mexicano de Michoacán, Minerva Bautista Gómez, quien resultó lesionada aunque se encuentra estable, informó hoy una fuente oficial.

En el ataque se utilizaron "mas de 2 mil 700 proyectiles" , dijo el secretario de Gobierno de Michoacán, Fidel Calderón, en declaraciones a la radio.

"Desafortunadamente tiene gran capacidad de fuego la delincuencia organizada" , agregó el funcionario, quien dijo que Bautista Gómez "está estable, muy pronto va dejar el hospital" .

La secretaria, acompañada de sus escoltas, fue atacada en la madrugada del pasado sábado en una carretera de Michoacán, la cual fue bloqueada con un tráiler por los sicarios.

En la acción murieron dos escoltas y dos civiles, mientras diez personas resultaron heridas, entre ellas la funcionaria.

El occidental estado de Michoacán es una zona dominada por el cartel de La Familia, que en los últimos meses se ha disputado el control del territorio con otras organizaciones criminales.

La violencia es atribuida a los carteles de la droga, los cuales, tras ser golpeados por las fuerzas federales, libran guerras intestinas contra la Policía y los militares.

Los sicarios del narcotráfico emplearon en el hecho fusiles de asalto AK-47 (sus favoritos) y R-15, además del Barret 50, capaz de derribar un helicóptero.

Las autoridades también les decomisaron lanzacohetes.

Por otra parte, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó hoy en un comunicado que el pasado sábado un grupo de soldados rescataron a cinco personas de manos de cinco secuestradores, quienes fueron detenidos.

A los capturados, les fueron decomisados 35 armas largas, 9 armas cortas, 1 lanzacohetes, seis mil 723 cartuchos de diferentes calibres, 269 cargadores, 3 granadas de fragmentación y 2 vehículos.

Esta acción tuvo lugar en el rancho "El Lodo" , en el municipio de San Fernando, del estado de Tamaulipas, donde los carteles de las drogas de Los Zetas y del Golfo, antes aliados, se disputan a sangre y fuego el control de la zona fronteriza con Estados Unidos.