Si tu recuerdo convertido en rosa
perfumara las horas de mi vida,
yo te diera de mi rosa más hermosa
o te diera la vida que no olvida.
Si tu estampa no fuera tan preciosa
o tu voz no estuviera arrepentida,
yo me fuera contento con la herida
aunque fuera la herida dolorosa.
Si tus ojos me dieran tus miradas,
y tus manos, cruzándose, adoradas,
me dijeran su adiós en mi partida....
Yo te diera del cofre de mis sueños
los collares de todos mis ensueños
naufragando en mi tierra prometida
lunes, 19 de abril de 2010
Rincon del poeta.
7:41 p. m.
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