Jeevan Kohar, de diez años, estaba jugando cerca de su casa. Fue seducido con una caja de bizcochos y con una cantidad equivalente a cincuenta céntimos de euro. A continuación fue asesinado y su cuerpo fue ofrecido en sacrificio a los dioses hindúes para curar a un joven de 18 años. Defensores de los derechos humanos han protestado ante el parlamento de Nepal por la existencia de prácticas supersticiosas hindúes, que justifican el homicidio de personas inocentes.
(Asia News) Algunos abogados nepaleses participaron en una sesión del Parlamento para pedir castigos severos a los asesinos de un niño de apenas 10 años, sacrificado a los dioses hindúes para curar a otro muchacho. A pocas semanas de la sentencia que condenó a dos mujeres, (una de ellas bruja) por el homicidio de un niño de 3 años con la finalidad de sacarle la sangre y aprender el arte de la brujería, el país está sacudido por un nuevo caso de homicidio por prácticas supersticiosas ligadas a rituales hindúes.
El crimen tuvo lugar el martes 21 de julio, cuando en la ciudad de Kudija (distrito centro-meridional de Nawalparasi) desapareció el niño de 10 años, Jeevan Kohar, hijo de Paramanand Kohar. El 25 de julio la policía arrestó a cuatro personas, entre ellas un chamán. El principal acusado es Kodai Harijan, reo-confeso de haber atraído al niño con el engaño, para luego matarlo y ofrecerlo a los dioses para curar al hijo enfermo de 18 años.
El abogado Baijanath Chaudhari pidió frente al Parlamento nepalés que Kodai sea castigado severamente: «Ninguna fe merece respeto si su práctica es maligna. En nombre del hinduismo, su práctica es diabólica. El santón hindú, el chamán y todos los involucrados en el asesinato devoto deben ser castigados con la confiscación de todos sus bienes y la prisión perpetua».
Subas Nemwang, presidente del Parlamento, declaró:
«Este es un crimen humano y todos deben ser castigados. Ninguno está exonerado por la propia religión. El hinduismo no puede proteger los males sociales».