Jesús, al verse rodeado por la multitud, dio orden de cruzar a la otra orilla.
Entonces se le acercó un maestro de la Ley y le dijo: "Maestro, te seguiré adondequiera que vayas."
Jesús le contestó: "Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza."
Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre."
Jesús le contestó: "Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos."
lunes, 30 de junio de 2008
Envangelio para hoy.
7:17 a. m.
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