Algunos percances en la salud del Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez lo mantienen fuera de escena, trascendió de buena fuente, siendo muy notable su ausencia en sus responsabilidades al frente de la Iglesia Católica dominicana, así como del debate de los temas nacionales, en la que su voz, muchas veces controversial, siempre surge en primer plano.
La dolencia del arzobispo metropolitano de Santo Domingo, de la que El Nuevo Diario ha sido enterado sin especificaciones directas sobre el padecimiento, ha hecho que el Cardenal delegue sus funciones en otros obispos, particularmente en el prelado Víctor Emilio Masalles, a quien anteriormente se le vio muy cerca a monseñor López Rodríguez.
Su primera gran ausencia de las actividades religiosas se produjo durante la Semana Santa de este año, donde no se le vio en ninguna de las celebraciones católicas.
Más recientemente, la voz del Cardenal, muy tomada en cuenta en los debates de los importantes temas del país, ha estado completamente ausente del proceso electoral y la situación creada después de las elecciones del 15 de mayo.
La fuente que ofreció la información a El Nuevo Diario dijo que monseñor López Rodríguez estaría siendo atendido por un equipo de médicos, en su propia residencia en la capital.
El Nuevo Diario intentó obtener una información oficial con la Conferencia del Episcopado Dominicano, pero hasta la noche de este lunes los resultados fueron infructuosos.
Contactado por El Nuevo Diario, vía telefónica, personal responsable del departamento de prensa del Episcopado Dominicano dejó pendiente devolver la llamada.
Asimismo, una inquietud sobre la salud de López Rodríguez enviada por este diario a dos cuentas de correo electrónico de la Conferencia del Episcopado Dominicana, tampoco ha sido respondida.
El informante de END dijo que el jerarca católico se mantiene rodeado de familiares cercanos y de los sacerdotes de su mayor confianza.
Sobre López Rodríguez
Nicolás de Jesús López Rodríguez fue ordenado sacerdote el 18 de marzo de 1961, en La Vega por monseñor Francisco Panal Ramírez, entonces obispo de esa ciudad.
Su elevación a la dignidad de Cardenal se produjo dos meses después de que fuera elegido, el 25 de abril de 1991, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que se preparaba para su IV Conferencia General, celebrada en Santo Domingo en octubre de 1992.
El Papa lo designó entonces copresidente de esa Conferencia General de los obispos del Continente.
Terminada la Conferencia y las celebraciones del V Centenario del Descubrimiento y del inicio de la Evangelización en América, López Rodríguez empezó a cumplir las encomiendas del romano Pontífice.
La ordenación de 39 diáconos en mayo, trascendente para la Iglesia, las elecciones nacionales y la Semana Santa fueron tres eventos importantes en los que el Cardenal estuvo ausente.
Se recuerda que López Rodríguez presentó renuncia en año 2011, al cumplir 75 años de edad, dimisión sobre la que el actual papa Francisco aun no ha decidido.
LUIS BRITO Y FRANCIA VALDEZ