Julio Vasquez.

Radio Renacer

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jueves, 17 de septiembre de 2015

Historia de la Parroquia de la Transfiguración del Señor

El 20 de septiembre de 1995, fue creada como Parroquia, bajo el patrocinio y guía espiritual de La Transfiguración del Señor, siendo arzobispo, en aquel entonces, Monseñor Flores Santana. Se desmiembra de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Los Salados, y de la parroquia Santo Cura de Ars, Pueblo Nuevo. Monseñor Flores, nombra como su primer párroco, al Reverendo Padre William Antonio Arias, nativo de Las Palomas, Licey. 

Solo estuvo seis meses con nosotros. Bautizó 182 personas, y celebró cinco (5) bodas. Pertenecen a nuestra comunidad parroquial, las siguientes: Los Reyes Primero, Los Reyes Multi, Jardines del Rey, Altos de Rey, y en Jacagua las comunidades de: San Jerónimo, San Rafael, San José, Inmaculada Concepción de la Virgen María, y el Sagrado Corazón de Jesús. En febrero de 1996, fue nombrado el segundo párroco, el Reverendo Padre Fabio Fernández, oriundo de Villa Tapia. Fuerte de carácter y emprendedor, terminó la construcción del antiguo templo. Bajo su guía pastoral se celebraron 108 bodas, 1,501 bautizos. Después de transcurrir once años, y monseñor de la Rosa, nombra, el ocho (8) de marzo, a su tercer párroco, el Reverendo Padre Juan Dolores Mirabal, nativo de Canca la Piedra, Tamboril. 

El padre Juan Dolores, se caracterizó por ser de temperamento flemático, espiritual, sencillo y acogedor, escuchaba a los fieles como un Padre a su hijo. Debido al crecimiento de la comunidad, el antiguo templo resultaba pequeño e incómodo, así que la comunidad decidió ampliar y remozar su antiguo templo. Las Fiestas Patronales de agosto del año 2007, fueron adornadas y animadas con la presencia del Reinado de Damas, un hecho trascendente en la vida pastoral de la parroquia. El padre Juan Dolores celebró 189 bautizos y cinco (5) bodas. 

Por motivos de salud, después de un año y dos meses, el padre Juan Dolores Mirabal, es trasladado, y Monseñor de la Rosa, nombra el 17 de mayo de 2008, a su cuarto párroco, al Reverendo Padre Felipe Enerio Valerio Domínguez, nativo de Palo Quemado, Gurabo. Se caracterizó por su fervor apostólico, entusiasta, de carácter fuerte. Inició el III Plan de Pastoral. Su discurso homilético tiene un parecido a Juan, El Bautista. Junto a la comunidad, solicita al entonces síndico de Santiago, José Enrique Sued, la construcción de un nuevo templo. Se trasladó la sede de la Parroquia a la Capilla San Carlos Borromeo. 

El padre Enerio Valerio, después de un año y seis meses, es trasladado. El siete (7) de noviembre de 2009, toma posesión, como quinto párroco, el Reverendo Padre Felipe de Jesús Colón Padilla, nativo del Ensanche Bermúdez. A su llegada, promueve el ministerio de monaguillos. También da continuidad al III Plan de Pastoral, continúa la elaboración de la Carta Mensual. Con los jóvenes ha montado diferentes obras teatrales, como “La Pasión de Cristo”, “San Carlos Borromeo”, y “La llamada de la Virgen María”. Procura ser organizado en la pastoral. Ha celebrado 974 bautizos, y 33 matrimonios. El padre Felipe, desde su llegada a la parroquia, y contando con la ayuda de los fieles, insistió a la alcaldía de Santiago la terminación del nuevo templo, iniciado en agosto de 2009. La inauguración, y entrega del nuevo templo, se llevó a cabo, el 15 de agosto de 2014. 
    
En la actualidad la parroquia, cuenta con unas 2,500 familias, alrededor de 10,000 habitantes. Siete (7) presidentes de asamblea, dos candidatos a Diácono, uno que terminó sus estudios, y otro en proceso de formación. En los 20 años como parroquia se han celebrado más 2,917 bautizos, más de mil niños han hecho su Primera Comunión, y se han celebrado alrededor de dos mil confirmaciones, y 161 bodas. Las áreas de pastoral, movimientos apostólicos, y ministerios, han hecho presente con su testimonio a Cristo Resucitado, según el don que Dios ha puesto en cada persona. 

Hoy, luego de 20 años de arduo e incansable trabajo pastoral, los miembros de nuestra comunidad parroquial, nos sentimos muy alegres y privilegiados, de ser continuadores y colaboradores en la construcción del Reino de Dios. Elevamos una oración al Señor por los que partieron a la Casa del Padre, y tienen el mérito de haber cooperado en la formación de una comunidad de fe, de hermanos y de amigos. Recemos los unos por los otros, para que seamos perseverantes y continuemos sembrando la semilla del evangelio en cada corazón humano. Anhelamos desde lo más profundo de nuestro corazón, ser cada día transfigurados por la luz iluminadora de Jesucristo, evangelio viviente del Padre. 

Felipe de Js. Colón