Julio Vasquez.

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lunes, 28 de septiembre de 2015

El Papa pide a los jóvenes que realicen una obra de misericordia física y espiritual al mes

El papa Francisco invitó hoy a los jóvenes católicos a que se preparen para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará en Cracovia en julio de 2016, realizando una obra física y espiritual de misericordia al mes.
(Agencias/InfoCatólica) El Vaticano publicó hoy el mensaje que el papa Francisco ha dedicado a este evento católico y en el que señala que la JMJ coincidirá con el Jubileo dedicado a la misericordia.
Por ello, Jorge Bergoglio tras explicar en qué consisten los gestos de misericordia y recordar que los jóvenes prefieren ser «concretos» les pidió que se comprometan personalmente.
«A ustedes, jóvenes, que son muy concretos, quisiera proponer que para los primeros siete meses del año 2016 elijan una obra de misericordia corporal y una espiritual para ponerla en práctica cada mes», escribe el pontífice argentino.
El Santo Padre explicó que «las obras de misericordia corporales» son las que aparecen en los Evangelios cómo «dar de comer a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, acoger al extranjero, asistir a los enfermos, visitar a los presos y enterrar a los muertos».
Pero que tampoco hay que olvidar las «obras de misericordia espirituales» como «aconsejar a los que dudan, enseñar a los ignorantes, advertir a los pecadores, consolar a los afligidos, perdonar las ofensas, soportar pacientemente a las personas molestas, rezar a Dios por los vivos y los difuntos».
«La misericordia no es buenismo, ni un mero sentimentalismo», subrayó el papa Francisco, que afirmó que así se demuestra «la credibilidad» de los «cristianos en el mundo de hoy».
En el mensaje, el Papa reflexiona sobre misericordia divina y afirma que es un termino en el que está «incluido lo concreto de un amor que es fiel, gratuito y sabe perdonar.
A los jóvenes asegura que Dios no les olvida y no les abandona nunca aunque «hayan derrochado la propia libertad siguiendo ídolos falsos, espejismos de felicidad, y hayan perdido todo».
«Respeta nuestra libertad, pero permanece siempre fiel. Y cuando volvemos a Él, nos acoge como a hijos, en su casa, porque jamás deja, ni siquiera por un momento, de esperarnos, con amor. Y su corazón está en fiesta por cada hijo que regresa», señaló.
También explicó que encuentra «tantos jóvenes que dicen estar cansados de este mundo tan dividido, en el que se enfrentan seguidores de facciones tan diferentes, hay tantas guerras y hay incluso quien usa la propia religión como justificación para la violencia».
Y ante ello, pidió «suplicar al Señor que nos dé la gracia de ser misericordiosos con quienes nos hacen daño».