Julio Vasquez.

Radio Renacer

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martes, 1 de marzo de 2016

Seguimos en Cuaresma…

Los cuarenta días de preparación a la Pascua iniciados el miércoles de ceniza, continúan su camino hacia la Resurrección del Señor, fiesta que celebraremos con la vigilia Pascual el sábado santo por la noche, continuará el domingo de pascua y por cincuenta días consecutivos hasta pentecostés.
    
Hemos iniciado un camino de conversión que nos llevó a contemplar las tentaciones de Jesús en el desierto, el I domingo de Cuaresma, luego, la manifestación del Maestro Divino vestido de resplandor, transfigurado y acompañado del profeta Elías y de Moisés, el líder y liberador del pueblo de Israel, 
    
El domingo pasado y III de Cuaresma, la Palabra de Dios nos trajo un mensaje fuerte, Jesús dijo en el evangelio de Lucas13,1-9: “Si no se convierten perecerán como ellos…” y además la breve parábola de la “Higuera” que no había producido frutos en tres años, por tanto había que cortarla… pero el viñador intercede para que le den otra oportunidad, “este año y si no produce frutos que la corten”, queda claro que es indispensable la conversión y el cambio hacia la caridad y el servicio que como ha dicho el Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma 2016, “Misericordia quiero y no sacrificios” exhorta a vivir la escucha atenta y activa de la Palabra de Dios y a practicar las obras de misericordia materiales y espirituales.
    
Si conociéramos el don de Dios y quien es el que invita a la conversión, quizás la realidad social sería diferente, porque si vivimos en la caridad y el servicio a los más necesitados de amor y misericordia, nadie haría el mal a su prójimo y por tanto no habrían asesinatos, porque respetaríamos la vida humana como valor absoluto, nadie envidiaría los bienes ajenos y por tanto no robaría, tampoco habría violencia, odio y resentimiento. 
    
Cuando se deja entrar a Dios en la vida, el ser humano cambia y se transforma para el bien de sí mismo, de su familia y de la comunidad. Cada gesto de bondad y solidaridad por pequeño que sea, transforma las realidades y por tanto el mundo.
    
Deseo que las realizaciones en la gestión del gobierno presentadas el 27 de febrero sean verdad, porque los gobernantes deben cumplir sus deberes de servir, para eso fueron electos, y esforzarse principalmente para que la gente tenga salud, educación, viviendas dignas, oportunidades de empleo con justa remuneración.
    
Dios sigue creyendo en el ser humano que fue hecho a su imagen y semejanza, creado para amar, servir a Dios y al prójimo, y por eso en este año jubilar extraordinario de la misericordia nos ofrece muchas oportunidades para que todos seamos mejores, incluso los gobernantes, que dejen de mentir, de robar y de engañar, utilizando la demagogia solo para conseguir votos electorales, pero con promesas que ellos saben que nunca van a poder cumplir. 
    
Sin embargo seguimos en Cuaresma, tiempo favorable para comprometerse con la transformación real del entorno, y puedo asegurar que cuando tú, yo, y nosotros que somos mayoría, nos unimos para hacer el bien, es posible construir una mejor sociedad.             
Hagámoslo, si somos mejores el mundo es mejor.

Hna. Alicia Galíndez