El 13 de agosto del presente año le dediqué un artículo al muy estimado doctor Rafael Estévez Reyes refiriéndome al asunto del robo y la violencia de la que había sido objeto su esposa y al respecto expresamos, en un artículo titulado: “Al Querido doctor Estévez”, lo siguiente: “La semana pasada, nos enteramos de un hecho que venía a sumarse a la situación delincuencial que estamos viviendo como sociedad”. “La esposa, de quien con sus manos de cirujano, su capacidad de galeno, su corazón de ser humano y su decisión; fue a quien Dios utilizó, junto al doctor Castillo, como instrumentos para salvarme la vida, ese 2 de junio del 2010; nos referimos al Doctor Rafael Estévez Reyes”. Continuamos citando: “Por todo lo indicado, cuando nos enteramos de lo que le había ocurrido a su esposa, la señora Rosario Milagros, había sido objeto de un atraco en la noche, mientras salía de casa de amigos en el sector Villa Olga, de esta ciudad de Santiago”. “Y no conformándose con llevarse sus pertenencias, los delincuentes se concentraron también en golpearla y darle patadas, de tal forma que le desbarataron la nariz”. “Tan pronto estuvimos al tanto, procedimos a llamar al querido doctor Estévez para preguntarle qué había ocurrido y poner nuestra mano solidaria a su alcance”. “Todavía sobrecogido con lo ocurrido y lleno de impotencia, nos preguntaba, Jordi, ¿qué está ocurriendo en nuestra sociedad?” Asimismo citamos: “Nosotros estamos en el vórtice de la tempestad y necesitamos actuar y hacer mucho más de lo que se está haciendo”.Esto lo he traído a colación de nuevo para resaltar algo importante en cuanto a la actitud del doctor Rafael Estévez Reyes. Así de responsable como es para su trabajo y con la capacidad y el ahínco que le imprime a cada operación que conlleva, le dio seguimiento al caso de su esposa. No se conformó con el hecho de saber que el Ministerio Público y la Policía estaban al tanto del caso. El entendió que esos organismos tienen muchos casos, él tan sólo tenía uno, el de su amada y respetada esposa.Y como tal, no desmayó, a pesar de los consejos de algunos de sus colegas y amigos, pensando que debía dejar a las autoridades esa investigación e interés. O quizás para que asumiera el comportamiento que nos está dañando como sociedad, el de la indiferencia, el temor, el no darle seguimiento a las cosas, el dejar todo, hasta lo personal, a los demás o por pensar que nada cambiará. Claro nada se hace diferente o se torna distinta en una sociedad, si los ciudadanos no asumen con responsabilidad, ni adquieren conciencia de sus derechos y deberes. El doctor Rafael Estévez Reyes, asumió como ciudadano, profesional de la Medicina, padre y santiaguero preocupado; no se quedó en quejarse y en criticar, sino que conllevó su obligación como parte afectada e hizo su rol como víctima indirecta. No desmayó y hoy los dos delincuentes y encartados o imputados, que fueron reconocidos por su señora esposa; se les ha rendido medidas de coerción a ambos. Pero eso no hubiese logrado el indicado amigo, si se hubiese quedado sentado a lamentarse de la delincuencia o ver pasar las cosas o no darle seguimiento ante las autoridades de su caso. Si bien es cierto, que es mucho lo que se debe hacer para tener autoridades con mayores recursos para enfrentar la delincuencia y el crimen organizado de hoy. Y que estas tienen la obligación para ello, sin embargo, los ciudadanos debemos asumir nuestro rol, denunciando, ocupándonos, exigiendo derechos y tomando el control de nuestro propio destino, para evitar que estos fenómenos tomen el espacio de nuestra libertad y tranquilidad.Bien hecho doctor Estévez, usted ha cumplido.