Felipe de Jesús Colón Padilla.
Dialogar con los amigos o tu pareja, es comunicar nuestras vivencias, es decir lo que acontece en la vida de cada uno: inquietudes, preocupaciones, estado de salud, vida laboral, académica, familiar, y nuestro mundo espiritual. Siempre es provechoso desahogarnos con los seres que queremos; y, aburridísimo y molesto entablar conversación con el extraño, el indiscreto y el necio. Es preguntar y responder, y siempre hemos de decir la verdad, bien sea en el momento, bien sea que se lo digamos después. Ocultar o mentir a quien debemos información siempre será deshonesto. Cuando no fluye la comunicación algo está pasando, puede ser que estemos bloqueados por una situación difícil, o le hemos perdido el cariño y la confianza al amigo o a la pareja. Cuando tocamos un tema determinado, hay que decir lo esencial y lo suficiente sobre el tema en cuestión, de tal manera que nuestro amigo o nuestra pareja queden debidamente informados, naturalmente que no se dirá todo con lujo de detalles. Al expresar lo que sentimos o pensamos, depositamos un voto de confianza. Divulgar lo que sabemos de los que confían en nosotros es una indiscreción, y muestra inmadurez. Trata siempre a tus amigos, compañeros y conocidos, incluso a tu pareja como quieren que ellos te traten, es la regla de oro. No le reclamemos a los seres que amamos, lo que precisamente nosotros no le damos. Siempre es egoísta quien actúa así. Cuando hay verdadera amistad en los amigos y amor verdadero en las parejas, se muestra, entre otras actitudes, en la confianza que tenemos al otro, de tal manera que nunca nos ofende la pregunta que se le hace al amigo o a tu pareja, si hace la pregunta es porque está interesado en nuestro bienestar físico, espiritual y emocional. Hay que evitar preguntas que comprometan al receptor, pues es mejor que el interlocutor exprese lo que le pasa cuando lo crea oportuno. Ahora bien cuando alguien no es nuestro amigo y tampoco nos inspira confianza, puede molestar las preguntas simples y mucho mas las que comprometen. Para dialogar temas conflictivos. Sugiero que tomemos en cuenta estos puntos: (Cfr. P. Wilfredo Martínez)1. Defina primero el asunto en cuestión.2. Escoja el lugar y el momento oportuno.3. Dialogue y resuelva en esta ocasión un solo punto. Evite tocar temas del pasado.4. Flexibilícese y escuche con serenidad los argumentos del otro.5. Un argumento se tumba con otro argumento, nunca atacando a la persona.6. Respete la postura del otro, aunque no la comparta.7. Evite ofender a la persona, crea barrera y tensiones. 8. Subir la voz es un signo de: impotencia, prepotencia, arrogancia y cerrazón.9. Conceda la razón a quien la tiene, eso le dará a usted altura, no lo rebaja.El autor es: Vice-canciller del Arzobispado de Santiago, Juez del Tribunal Eclesiástico y párroco de la Parroquia Transfiguración del Señor.
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