Julio Vasquez.

Radio Renacer

Radio Renacer

Radio Renacer

lunes, 16 de julio de 2012

Francisco Serrano: «Prefiero ser un abogado libre a un juez esclavo del miedo»

Francisco Serrano, el que fuera juez de familia de Sevilla condenado a diez años de inhabilitación por el Tribunal Supremo (TS) por un delito de prevaricación dolosa tras cambiar el régimen de visitas de un menor para que pudiera salir en una cofradía de la Semana Santa, ha anunciado este lunes que recurrirá el fallo ante el Tribunal Constitucional (TC) y ha señalado que «me han apartado de juez pero no de la Justicia», por lo que a partir de ahora ejercerá como abogado.

(EP) Serrano asegura que se dedicará especialmente «a defender la igualdad y el interés superior del menor», pues «prefiero ser un abogado libre a un juez esclavo del miedo y de la presión política». En una multitudinaria rueda de prensa ofrecida este lunes en Sevilla, Serrano, que ha estado acompañado por su abogado, Miguel García Diéguez, ha aseverado que, «desde el punto de vista de gran parte de la sociedad, el interés y motivo que realmente subyace en este procedimiento, ante su absurdo, incoherencia y desproporción, ha sido desde el principio el de pretender expulsarme de la carrera judicial por ser un juez molesto al lobby de género», el cual «seguro que ha brindado con champán». A su juicio, «esas sospechas de la opinión pública» se remontan al 24 de diciembre de 2009, cuando, en rueda de prensa, «ese lobby ya anunció que pedirían al Consejo mi expulsión de la carrera judicial por mi parcialidad en el ejercicio profesional, y que estudiarían si presentaban una denuncia por prevaricación», una rueda de prensa que «se convocó justo al día siguiente» de que la vocal del CGPJ y presidenta del Observatorio de Violencia de Género «hiciera unas declaraciones en las que advertía de las posibles responsabilidades en que podría haber incurrido por las críticas a la ideología de género y advirtiera de los efectos perversos que estaba produciendo la Ley de Violencia, incluso en contra de las mujeres maltratadas». «Desde entonces mi vida ha sido un infierno», ha dicho Serrano, ya que a la denuncia por prevaricación hay que sumar la apertura de seis expedientes disciplinarios, todos archivados. «Siempre he desempeñado mi trabajo con rectitud y en conciencia, llevando con gran esfuerzo el Juzgado al día y procurando defender y dar tutelas a los intereses de los más débiles, especialmente los niños», por lo que, tras la resolución «dictada por tres magistrados» del TS –puesto que los otros se han posicionado en contra a través de un voto particular– , «siento pena y desilusión, pero no sólo por mí, sino por el Estado de Derecho y la propia Justicia». Rumores, chimorreos y habladurías A su juicio, la «politización» de la Justicia y «el sometimiento a la dictadura de lo políticamente correcto ha truncado con las garantías de independencia e imparcialidad de los jueces», añadiendo que, con la sentencia que lo condena, «se ha dado una vuelta de tuerca contra el principio de presunción de inocencia, puesto que se ha limitado a dar por probado lo que afirmaba la madre denunciante en su querella». «Esos tres magistrados dan por cierto lo que, en otras ocasiones, se han considerado meras conjeturas, suposiciones, rumores, chismorreos y habladurías», ha criticado. Así, «se da por probado lo que piensa una mujer de lo que ha podido pasar en un Juzgado en que no se encontraba, en contra de lo declarado por todas las personas que sí estaban», por lo que ha opinado que los «tres» magistrados del Supremo que lo han condenado «alteran los hechos declarados probados» en la sentencia dictada por el TSJA, «en contra del principio de invariabilidad de los mismos, y ello a fin de justificar la prevaricación dolosa por la que me condenan». «Es la primera vez en España en la que Supremo dicta una sentencia condenatoria por prevaricación con votos particulares que se pronuncian incuestionablemente por la absolución», ha dicho, recordando además que otro magistrado del TSJA y tres de la Audiencia Provincial de Sevilla se pronunciaron en el mismo sentido y «dictaminaron la procedencia y legalidad de la actuación y decisión adoptada, afirmando que resultaba incuestionable la competencia del Juzgado de Familia y que razones de urgencia en interés del menor la justificaban incluso sin tener que oír al padre y la madre». Volvería a actuar igual Por tanto, «no ha existido ninguna vulneración de normas procesales», ha afirmado Francisco Serrano, aunque ha dicho sí estar de acuerdo en dos aspectos con la sentencia, como son que, «efectivamente, la decisión se adoptó a sabiendas, pero en la intención de preservar el interés del menor; ningún interés personal o crematístico obtuve de ello, al margen de la satisfacción profesional de haber cumplido con mi obligación», y que «no he sido condenado y enjuiciado por permitir que un niño saliera en una procesión», pero tampoco «por los motivos que se indican en la sentencia» del Supremo. Tras asegurar que la intranet de los jueces «arde en críticas a la sentencia y apoyo a un compañero injustamente tratado», Serrano ha señalado que «hubiera vuelto a actuar de la misma forma, porque era mi obligación», así como que ser actualmente juez de Familia es una profesión «de altísimo riesgo si no estás contaminado por esa ideología de género». Serrano, que ha anunciado que el próximo mes de septiembre publicará un libro en el que, además de tratar su caso personal, dará a conocer lo que está suponiendo «la dictadura de género en España», ha reconocido que «es muy duro» todo lo que está viviendo, pero ha dicho que «tiene una gran fe y confianza en la providencia divina», agregando que, «pese al sufrimiento que estamos pasando yo y mi familia, porque lo estamos pasando rematadamente mal, Dios no me abandona, soy muy creyente». Seguirá recurriendo De su lado, el abogado de Francisco Serrano ha anunciado que «vamos a agotar todas las vías que la Ley nos brinda», por lo que recurrirá la sentencia al Tribunal Constitucional y, si fuera necesario, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ironizando con que «alguna vez se acabará la historia del niño nazareno». A su juicio, se trata de una sentencia «absolutamente injusta», por lo que «vamos a seguir con nuestro peregrinar jurídico, luchando por acreditar la inocencia del juez». Ha añadido que, seis de los once magistrados que han conocido del asunto a lo largo de todo el proceso –los tres de la Audiencia Provincial de Sevilla que avalaron su decisión, uno del TSJA y los dos firmantes del voto particular en el Tribunal Supremo–, le han dado la razón a su patrocinado, «por lo que hemos perdido el asunto de momento, pero en número ganamos». El letrado ha criticado duramente la «exótica» nota de prensa emitida por el Supremo al día siguiente de que se conociera la sentencia, pues «llama la atención poderosamente que emita una nota de prensa para aclarar una sentencia», además de que «contiene afirmaciones inexactas y faltas de rigor». Grave perjuicio al honor de Francisco Serrano Todo esto ha causado «un gravísimo perjuicio para el honor de Francisco Serrano», ha aseverado el abogado del mismo, quien ha insistido en que recurrirán en amparo ante el Tribunal Constitucional «ante la vulneración de derechos fundamentales», ya que «tras una amplísima instrucción, la acusación fue por un delito de prevaricación culposa, pero no dolosa –delito por el que finalmente se le condena», lo cual «es de vital importancia, porque eso nos crea indefensión».