Con el asesinato del primer teniente Máximo Contreras Luciano, asciende a más de 160 el número de miembros de la Policía Nacional que han caído en manos de delincuentes en los últimos meses. Es realmente una guerra.
¿Qué hace nuestra sociedad para honrar esos muertos? ¿Qué reconocimiento le damos a esos valiosos dominicanos que caen en el cumplimiento de su deber, o que simplemente fueron puestos en la mira de los delincuentes por llevar un uniforme?
Aparte del homenaje que realizan sus compañeros, a nadie parecen dolerle, a pesar de que su muerte hiere profundamente la noción de orden, paz y progreso que queremos todos para esta tierra.
Este editorial pretende sensibilizar a nuestra población sobre la suerte de tantos hombres y mujeres humildes que nos sirven desinteresadamente, sencillamente porque lo que se les paga no vale el sacrificio.
Queremos rescatar el recuerdo de esas personas valiosas que debemos amar y respetar como hermanos. Paz a sus restos.
sábado, 6 de marzo de 2010
Nuestra opinion
10:00 a. m.
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