Julio Vasquez.

Radio Renacer

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jueves, 10 de septiembre de 2015

Padres Wilfredo Martínez y Germán Ramírez: Bodas de Plata Sacerdotales

El pasado martes 8 de septiembre, en la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, celebraron sus Bodas de Plata Sacerdotales, los Reverendos Padres: Germán Ramírez y Wilfredo Martínez. Fue una ceremonia sencilla, donde cada sacerdote agradecía la llamada al sacerdocio, y la bondad de Dios en sus vidas. La parroquia Santa Ana estaba abarrotada de fieles, y asistió un número significativo de sacerdotes que quisieron estar presente para unirse al gozo de la  solemne celebración de la misa en acción de gracias.
    
Manifestaron que no fue casual,  cuando le pidieron a Monseñor Adames, que le ordenara sacerdote, el sábado 8 de septiembre de 1990, sino, que eligieron esa fecha para que su consagración sacerdotal cuente con el amparo del regazo de la madre de Jesús. 
    
Ambos sacerdotes, desde su infancia,  hicieron vida de fe,  en la hoy,  cincuentenaria comunidad eclesial de Santa Ana. La misa fue presidida por el Padre Germán Ramírez y la homilía, el Padre Wilfredo Martínez.

Para que un joven se pregunte si Dios le llama al sacerdocio, necesita que se den dos escenarios, que de no presentarse, se hará aún más difícil discernir la llamada que Dios siempre hace. El primer escenario,  es la familia de origen, y el segundo,  la comunidad eclesial.
   
 Si papá y mamá son buenos cristianos, y practican las virtudes evangélicas, allí surgirán vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. El otro escenario es la comunidad eclesial. Como dice el conocido refrán: “Dime con quien andas y te diré quién eres”. Parafraseando este conocido refrán, podemos decir: “Dime como se tratan los miembros de tu comunidad, y te diré como es esa parroquia”. Una comunidad de fe, pone al Dios de la vida en todo lo que hace. No hay en el obrar de los creyentes,  una separación entre fe y vida, van de la mano, de ahí entonces que una comunidad donde se propicie el “terrorismo del chisme”, la división, el fariseísmo, la pereza apostólica,  y  el grupismo, nunca es un ambiente adecuado para que un joven se plantee, si Dios le llama o no. Ahora bien, si el ambiente que se vive es,  de fraternidad, de caridad, de justicia, de cooperación, procurando vivir la santidad de la vida diaria, tengamos por seguro que habrá abundancia de vocaciones al sacramento del orden sacerdotal.
    
Tanto el Padre Germán Ramírez, como el Padre Wilfredo, en las tarjetitas de recordatorio, expresaban su acción de gracias al Señor. La del primero escogió una frase del Salmo 116: “Agradezco al Señor, todo el bien que me ha hecho”.  La del segundo decía: “Mira cómo soy,  y hazme como tú quieras que sea”. 
    
El Padre Ramírez se ha caracterizado por ser un Pastor cercano a la gente, cuida la belleza de la liturgia, construye y repara iglesias, y sus homilías son francas y directas, sin mucho adorno. Ha sido instructor de Encuentro Católicos para Novios.
    
El Padre Martínez, se ha caracterizado por ser un Pastor acogedor, su trato con la gente es amable y cortés, nunca besa a una mujer en la mejilla. Es un apasionado de los libros de  historia. Se ha dedicado, como director de Radio Luz, a evangelizar a través de este medio. En los inicios de sus labores pastorales grababa un mensaje educativo, titulado, “Las Cápsulas Formativas con el Padre Wilfredo Martínez”. En sus homilías,  suele narrar  una anécdota conectada con la Palabra de Dios.  Montó obras de teatro con los jóvenes, e impartió cursos de liturgia y apologética. Forma parte de Encuentro Matrimonial.
    
La intervención, al final de la misa de Doña Milena, madre del Padre Wilfredo, fue oportuna, allí motivó a los padres, y a los hogares, sobre la necesidad de orar para que surjan muchos y santos sacerdotes. 
    
Felicidades por sus 25 años de entrega y fidelidad,  a los muy  queridos  sacerdotes,   Wilfredo Martínez  y  Germán Ramírez, y  que el Espíritu Santo les ilumine,  cuando las nubes negras pretendan oscurecer,  los caminos que llevan a la salvación.