La Iglesia Católica urgió una solución a la escalada de violencia que vive El Salvador, que ha llegado a cobrar hasta medio centenar de muertos en un solo día durante agosto. El Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, declaró que una reciente alerta de la Embajada de los Estados Unidos a sus ciudadanos residentes en el país es «como un botón rojo que se prende en el tablero».
(El Salvador/InfoCatólica) El fin de semana, la misión diplomática emitió una alerta a sus ciudadanos en El Salvador sobre la escalada de los incidentes de violencia en el país y sobre todo después que se conociera el hallazgo de un coche bomba cerca del Ministerio de Justicia y Seguridad, en el Centro de Gobierno.
Aunque aclaró que no tiene conocimiento de ninguna amenaza específica dirigida contra los ciudadanos de Estados Unidos en El Salvador, la Embajada pidió a sus ciudadanos tomar medidas de seguridad mayores.
El Arzobispo de San Salvador le dio una interpretación positiva al mensaje de la representación diplomática, en el sentido de que «tenemos que leerlo como la urgencia de buscar solución a este problema, hacer el mejor esfuerzo».
«Es evidente que la situación es delicada. La pregunta sería si El Salvador es capaz de solucionar este problema y yo pienso que sí», subrayó el prelado.
Por lo mismo, monseñor Escobar Alas saludó la reunión de los secretarios generales de los partidos políticos en Apaneca, Ahuachapán, tras la cual han surgido una serie de propuestas para enfrentar la criminalidad, entre ellas el nombramiento de «jueces sin rostro» y que no haya más enfrentamientos entre los partidos.
«En ese sentido interpretaría que uno de los frutos es la interpartidaria, dirigentes de partidos políticos, se hayan reunido entiendo por primera vez en la historia. La violencia les ha congregado y han tomado acuerdos para colaborar todos en la solución de este problema. Felicito la iniciativa del gobierno de convocarlos y también la participación de todos. Es la forma en que se debe actuar, el gran diálogo nacional», agregó.
El Arzobispo también aprobó la decisión de la Sala de lo Constitucional de declarar «terroristas» a las pandillas, pero consideró que no basta la represión para acabar con la criminalidad sino que también se debe facilitar la rehabilitación de todos los mareros que deseen dejar esos grupos.