Matan dominicano en su propia casa en Nueva York para robarle.

Nueva York — Todo en desorden, regado por el piso, las gavetas abiertas, el bombillo roto. Así fue como el grupo de individuos dejó el apartamento en El Bronx donde entraron a robar, amarraron a los dos habitantes y golpearon a uno de ellos hasta causarle la muerte.

Antonio Castillo, de 44 años, fue atado de pies y manos igual que su sobrino Pedro Rodríguez, de 18 años, el domingo, poco después de la medianoche, por un grupo de seis u ocho hombres que entraron, presuntamente a robar, al sótano de su casa, según la policía.

La vivienda está localizada en la 1529 de la calle Glover en el área de Parkchester.

Después de golpear a Castillo, los individuos tomaron una cantidad de dinero no determinada y escaparon del lugar, según las declaraciones del joven sobreviviente a la policía.

“Escuchamos golpes en la puerta y los gritos de Pedro ‘ayúdenme, ayúdenme. Llamen a la policía’”, dijo Abdul Rahim, dueño del inmueble, quien aseguró que la víctima, más conocida por los vecinos como Tony, vivía en la casa desde hace más de dos años y que el sobrino llegó recientemente desde la República Dominicana hace unos tres meses.

Cuando Rahim abrió la puerta que conecta el primer piso con el sótano encontró a Pedro con las manos atadas a la espalda, lo desató y después llamó al 911. Tony fue trasladado al hospital Westchester Square Medical Center donde murió poco después. Las autoridades no han confirmado si la víctima murió de un paro cardíaco o de los golpes de los individuos. Están a la espera de los resultados de la autopsia.

“Es una noticia muy triste, Tony ha sido una muy buena persona y responsable, siempre ha pagado la renta a tiempo y no hemos tenido ningún problema con él”, dijo Rahim.

Doris Paulino, vecina de Tony, dijo no haber escuchado nada la noche anterior y explicó que se enteró de los hechos cuando la policía llegó alrededor de las 2 a.m., a hacer preguntas. “Un robo puede pasar en cualquier lado, pero sí da miedo, por lo que ahora voy a asegurar mejor la puerta”.

Otro vecino dominicano, Jacinto Santos, vio a Rodríguez hace poco menos de un mes cuando le decía que se iba para la República Dominicana y le dio unos periódicos Centinela para que leyera en el camino.

“Estoy aterrorizado porque por aquí no había pasado algo así. Lo que me va a tocar hacer es poner cámara a la casa”, agregó Santos, quien vive en el área desde hace ocho años.

Seis detectives salieron del sótano después de la investigación, pero al cierre de esta edición, no se había realizado ningún arresto.