Dejaron el monte Hor por el camino del mar de Suf para rodear el territorio de Edom. En el camino el pueblo perdió la paciencia
y murmuró contra Dios y Moisés: "¿Por qué nos hicieron subir de Egipto para que muramos en el desierto sin pan y sin agua? ¡Ya estamos aburridos de esta comida sin gracia!"
Entonces Dios mandó contra el pueblo serpientes ardientes. Muchos de los israelitas murieron por sus mordeduras.
El pueblo fue a ver a Moisés y le dijo: "Hemos pecado, hemos murmurado contra Yavé y contra ti. Ruega a Yavé por nosotros, para que aleje de nosotros las serpientes." Moisés oró por el pueblo,
y Yavé le dijo a Moisés: "Hazte una serpienteardiente y colócala en un poste. El que haya sido mordido, al verla, sanará."
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un poste. Cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba la serpiente de bronce y se sanaba.
martes, 11 de marzo de 2008
Lectura para hoy.
9:22 a. m.
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