Julio Vasquez.

Radio Renacer

Radio Renacer

Radio Renacer

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Muere otro soldado hispano en la guerra

Nueva York — Sentados en el sillón de la pequeña sala en su casa de Queens Village, Raymond y Roselli Calero hacían un esfuerzo la semana para explicar lo sucedido a su hijo Jeffrey Ray.

“Mi hijo murió por su patria y eso me llena de orgullo”, dice la desconsolada madre, quien enterró el lunes a Calero tras un funeral en la Iglesia Santa Brígida. “El planeaba casarse y eventualmente tener hijos”.

Pero los sueños del joven puertorriqueño quedaron truncados, luego de que el pasado 29 de octubre su unidad fue alcanzada por fuerzas enemigas en la provincia de Kajaki, al sur de Afganistán.

Calero había decidido reintegrarse a las operaciones en dicho país el verano pasado, por lo que quedaron pospuestos los planes para casarse con Allison Weiner, de 30 años de edad y con quien mantenía una relación desde hacía siete años. “El me dijo que me amaba y en los últimos días habíamos hablado de matrimonio. Eso es algo que ya no va a poder pasar”, sostuvo entre lágrimas su prometida.

Y es que el pasado 29 de octubre, un grupo de soldados visitaron la casa de la familia Calero, en el condado de Queens. La noticia del deceso dejó perplejos a los miembros de la familia.

“Nos avisaron a eso de las 5:00 p.m. de que mi hijo había sido alcanzado por una bomba”, explica el padre del soldado. “Fue un muchacho muy brillante y responsable”, dijo.

El padre describió a Calero como persona con mucho sentido del humor, que siempre ayudaba a las personas en desgracia. Era toda una promesa”.

Su pasión por la vida militar lo empujó a enlistarse a la fuerza aérea de los Estados Unidos (ROTC) para posteriormente graduarse en 1995 como ingeniero mecánico. Durante su paso por la milicia, Calero obtuvo varias especializaciones en el manejo de armas y operaciones de asalto.

Años después, Calero optó por integrarse a la vida civil, laborando para diferentes compañías en Nueva York hasta considerar conformar su propia empresa.

“Pese a toda su preparación y méritos, Jeffrey era una persona honesta y humilde. En su centro de trabajo siempre lo respetaron y reconocieron sus enormes cualidades”, explicó su padre.

Por ahora quedan los recuerdos del joven puertorriqueño, que llegó a los Estados Unidos a la edad de un año y que siempre soñaba con ser soldado y defender los derechos humanos.

“El siempre estaba dispuesto a defender a este país”, dijo la madre, mientras dirigía su mirada a una foto de él en sus años de preparatoria.

La madre confiesa que unos días atrás, el joven había solicitado a la familia el envío de productos de limpieza y, sobre todo, las deliciosas galletas que prepara su tía.

“Como le encantaban esas galletas y quería comérselas antes del Día de Acción de Gracias”, explicó su madre.

En tanto, Edith Adamés, describió a su sobrino como persona brillante y noble, que siempre ayudaba a las personas necesitadas.

Calero recibió varios premios y condecoraciones, entre las que destacan la Medalla al Valor, Medalla por su Servicio a la Defensa Nacional y la Medalla por su servicio a la guerra global contra el terrorismo.

Al soldado le sobreviven —además de sus padres—, su hermano Dennis y sus hermanas Irene y Joyce Crespo.

damaso.gonzález@eldiariony.com

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.