Muere niño al caer de un sexto piso en Nueva York

Nueva York — Un niño de dos años murió ayer al caer por una ventana desde un sexto piso en un edificio en Queens.

Sólo con unos pañales, el pequeño cayó a la acera del edificio localizado en el 65-62 de la calle Saunders, en Rego Park, alrededor de las 8:00 a.m., mientras su madre se bañaba, según Raymond Kelly, comisionado de la Policía.

“Salía a llevar a mis hijas a la escuela cuando vi al pequeño tirado en el piso”, dijo Roke Chávez, residente del edificio. “Alguien lo retiró de la acera y lo puso en la alfombra en la entrada del edificio. Estaba boca arriba y todo ensangrentado”.

La madre, quien fue identificada por vecinos como Sandra Pérez, había dejado durmiendo a su hijo junto a su hija menor de 8 meses, pero al salir de la ducha vio la ventana abierta, se asomó y vio a su pequeño en la calle, según Chávez, quien se encontró con la madre en el elevador.

“La mamá estaba muy nerviosa; bajaba en el elevador y dijo que el amigo ya había llamado a la ambulancia”, agregó Chávez.

Según testimonios de los vecinos, el niño todavía respiraba cuando un hombre lo recogió de la acera y lo puso sobre la alfombra. El menor fue trasladado al hospital Elmhurst donde murió.

La ventana no tenía rejas de protección porque no es requerido ya que daban a la escalera de incendio, pero ayer los inspectores del Departamento de Salud chequearon el edificio.

“Las ventanas no tienen rejas, pero tienen una mallita”, dijo Reina Jacob, una mexicana que se mudo al mismo edificio hace un mes. Jacob escuchó en las horas de la mañana unos gritos que decían “mi niño, mi niño”. “Así fue como nos enteramos, pero se dice que ella es una mala madre porque en varias ocasiones dejaba a los niños solos”.

Una vocera de la Agencia de Servicios Infantiles ACS se limitó a decir que por confidencialidad no podía dar información si la familia del menor tenía algún caso pendiente con la agencia por descuido o por abuso infantil.

La madre no pudo ser localizada para dar su declaración de los hechos, pero un hombre llegó al edificio anoche y se detuvo a ver la ventana desde afuera y no pudo contener las lágrimas. “No sé nada, no sé nada”, repitió. El hombre no dijo si era el padre del niño.