Dios nos da el privilegio de encontrarnos con ángeles en la tierra que hacen que nuestro recorrer sea menos complicado y nos motivan a darlo todo para ser mejores personas y contribuir al desarrollo de nuestro pais.
Con esta introducción me remonto a la década de los 90's donde tuve la oportunidad de conocer a doña Maria Almánzar, sin duda alguna, una heroina dominicana cuyos actos demuestran que ha logrado vencer todas las adversidades con las que se ha encontrado a lo largo y ancho de la vida, siendo muy joven vio morir a su esposo y padre de sus tres hijos. Tomando de inmediato la batuta para que nada le faltara a esos inocentes, a los cuales jamás le puso otra figura paterna cerrando de esta manera un capitulo al amor conyugal para entregarse por completo a los frutos de su gran amor, a quien habia prometido frente a su ataúd que haria de ellos personas de bien, promesa que hoy la sociedad dominicana ve cumplida en tres profesionales que ella les aportó.
Es esa la razón por lo que la definimos como una verdadera heroina que inculcó valores a sus hijos, los mismos que han tomado como patrón muchos de los jovenes que han crecido cerca de esta campeona. Una mujer humilde de grandes sentimientos, moldeada con un conjunto de reglas, dones y talentos que le dan aire de una fina dama.
Aunque solo tres hijos pudo concebir de aquel elegante matrimonio hoy por hoy decenas de hombres y mujeres la sienten como su madre, pues sus encantos y dulzura atraen todos los corazones.
En cada encuentro con doña Maria Almánzar los afortunados nos llevamos en el alma esa sonrisa que a flor de labios nos regala, sus sabios consejos y los platos que en la cocina les encanta preparar.